Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
viernes, 14 de abril de 2017
Viernes Santo

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, cuando contempláis mi mayor dolor junto a mi hijo Jesús en el camino al Calvario y después en el Calvario, en su crucifixión y muerte, vengo de nuevo a deciros:
Soy la Señora de los Dolores, soy la Señora que aún hoy llora y sufre porque mi hijo Jesús sigue siendo crucificado de nuevo. Esta vez por tantos hijos Míos que incluso después de haberle conocido, Le desprecian, Le traicionan, Le abandonan, Le cambian por los placeres mundanos y las cosas de este mundo que llevan a tantas almas a la perdición.
Yo soy la Madre Dolorosa que aún sufre porque Mi hijo Jesús es crucificado de nuevo por tantos que sólo buscan los placeres, las diversiones, las comodidades de esta vida sin preocuparse de su propia salvación y de la salvación de los demás.
Por tantos que viven una vida verdaderamente pagana, sin oración, sin fidelidad a los mandamientos de Dios y sin buscar amarle, alabarle y servirle fielmente cada día.
Soy la Madre Dolorosa que aún ve a Mi hijo Jesús coronado de espinas por la soberbia del ser humano, que no reconoce su pecado, que no se doblega ante la autoridad de Dios, Su Ley de Amor, y prefiere vivir en rebeldía contra Él luchando contra Él y llevando a otros a rebelarse también contra Él.
Yo soy la Madre Dolorosa que aún ve a mi hijo Jesús siendo flagelado por cada pecado de cada hombre, especialmente los de las almas consagradas, que conociendo a mi hijo Jesús, Su Amor, habiendo recibido tantas gracias especiales de Él y tantas ayudas para ser santos y amarle, prefieren el mundo, prefieren los placeres.
Y por eso se pierden llevando consigo a tantas almas que tampoco se dejaron entrar por la puerta de la salvación y arrastraron tras de sí al abismo de la perdición.
Yo soy la Madre Dolorosa que sigue viendo a esta pobre humanidad totalmente caída y dominada por el pecado, totalmente dominada por las fuerzas del mal, por Satanás, que difunden la violencia, la impureza, la inmoralidad, el adulterio, los vicios y todos los pecados que ahora transforman verdaderamente la tierra en una gran tumba de tinieblas y de muerte.
Soy la Madre Dolorosa que todavía hoy ve a Mi hijo Jesús crucificado de nuevo por todos aquellos que Le niegan, que niegan Su divinidad, que niegan la verdad conocida como tal y difunden los errores del ateísmo, del materialismo, del modernismo ateo, del comunismo y de tantas otras cosas, doctrinas salidas del infierno para llevar a las almas a la perdición.
¡Qué grande es vuestra destrucción, qué grande es la calamidad de vuestras almas, hijos míos! Pero igual que la Madre del Cielo estuvo junto a su hijo Jesús camino del Calvario para ayudarle, para sostenerle, para acompañarle, Yo también estoy junto a vosotros ahora.
En esos malos tiempos en los que vivís, cuando las fuerzas del mal parecen triunfar vuelvo a aparecer en vuestro camino hacia el Calvario para deciros que no estáis solos. ¡Yo estoy contigo! Mi Corazón es el refugio que he preparado para cada uno de vosotros.
Que cada uno de Mis hijos que aún ve la verdad, que ve el estado calamitoso en que se encuentran el mundo, las almas y la Iglesia.
Que aquellos de Mis hijos que todavía tienen luz, que todavía quieren el bien, que todavía quieren el triunfo del Corazón de Jesús en el mundo, el triunfo de la verdad. Que todos estos hijos Míos vengan al refugio de Mi Corazón Inmaculado, pues aquí daré fuerza y aliento a todos como se los di a Mi hijo Jesús.
Que Mis apóstoles no se cansen de luchar por un mundo mejor, que no se cansen de luchar por la conversión y la salvación de las almas. Que todos acudan a mi Corazón Inmaculado, pues a todos mis apóstoles les daré aliento, fuerza, luz, consuelo y amor.
Que vengan a mi Corazón Inmaculado todos mis hijos que también llevan la pesada cruz de la enfermedad o del sufrimiento. Y aquí a todos les daré también alivio, consuelo, consuelo y amor. Soy la Madre dolorosa que aún hoy ve a tantos jóvenes perderse en la impureza, la prostitución, la droga, convirtiéndose ellos mismos en tumbas vivientes que albergan tantas tinieblas de muerte y pecado.
Llevad a estos hijos Míos Mis mensajes y Mi amor para que se conviertan y sean salvados por Mi Llama de Amor, que llama, ama y quiere salvar a todos Mis hijos.
Yo soy la Madre Dolorosa que aún hoy ve cómo Jesús es negado por tantos de los que se llaman sus seguidores y discípulos, hijos de Dios y es traicionado por tantos de sus sacerdotes, obispos y almas a él consagradas que, como Judas, le traicionan por los placeres y bienes de este mundo.
Oh, hijos Míos, consolad Mi gran dolor rezando el Rosario todos los días, haciendo los cenáculos y grupos de oración por todas partes, difundiendo Mis Mensajes para que las almas de Mis hijos puedan ver realmente la luz de la salvación que desciende abundantemente del cielo Conmigo Aquí para iluminar al mundo entero.
Llevad a Mis hijos el conocimiento de Mi Amor maternal para que entonces puedan sentir Mi amor, vivir Mi Amor. Y así, a través de Mi amor conocer, sentir y vivir el amor de Dios que Me envió aquí para salvar a todos Mis hijos y conducirlos con seguridad por el camino de la paz, la santidad, la salvación y el amor.
Dadme hoy vuestros corazones y vuestro «sí», entonces nos daréis a Mí y a Jesús el mayor consuelo posible que podáis darnos. Es vuestro corazón lo que queremos, es vuestra vida lo que queremos, es vuestro amor lo que queremos. Dádnoslo y Nos habréis dado el mayor consuelo de todos. Entonces despreciaréis a Jesús desde la cruz y Él vivirá y reinará en vosotros como siempre vivió y reinó en mí.
Y entonces el poder de la llama de amor de Nuestros Dos Corazones Unidos se desatará cambiando el mundo entero en un gran jardín de santidad y amor.
A todos bendigo con amor hoy y especialmente a ti Marcos, el más obediente y dedicado de Mis siervos, de Mis hijos. Y también te bendigo a ti, mi amado hijo Carlos Tadeo, que tanto Me has consolado con los cenáculos, con las oraciones, no te detengas nunca, sigue siempre adelante, sin miedo, porque muchas almas serán salvadas por Mí a través de ti hijito.
Y no temas los pequeños dolores que a veces te permito. Todo esto es para aumentar tu mérito y tu valor ante Dios, porque es el sufrimiento el que purifica y da valor a las almas.
Cuanto más sufras por Dios y por Mí, más valdrá tu alma ante Nosotros. Y por eso no debes tener miedo, sigue adelante, porque cada cenáculo que hagas sacas muchas espadas de dolor de Mi Corazón Inmaculado, quítate Mi Manto de Dolor y vuélvete a poner el Manto blanco de alegría, gloria y Amor.
Os quiero mucho y os agradezco el consuelo que me dais cada día con vuestras oraciones. Adelante, Yo estoy contigo y nunca te dejaré.
Sigue adelante también Mi pequeño hijo Marcos, sigue adelante cumpliendo tu misión, como una locomotora pasando por encima de todo y no te detengas ni te desanimes por nada ni por nadie. Termina la carrera que empezaste pequeña falta y pronto recibirás la corona y el trofeo de la victoria de Mi verdadero combatiente, soldado y vasallo valeroso.
A ti, a Mis esclavos de amor y a todos Mis hijos os bendigo con Amor desde Jerusalén, Nazaret y Jacari.
Deseo que el próximo mes recéis a Trece nº 4, que vosotros también recéis a Setena nº 2 de nuevo.
Y que verdaderamente recéis el mes que viene diez veces durante diez días seguidos el Rosario Meditado 251, para consolarme aún más y hacer que Mis Mensajes sean conocidos y amados.
Da doce películas de Mi Aparición en Quito, Ecuador, a Mi hijita Mariana de Jesús Torres para doce personas, para que Mi Aparición sea más conocida, amada y obedecida por todos.
Así Mi Corazón y Mi Llama de Amor comenzarán a triunfar.
Orígenes:
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