Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 15 de abril de 2017
Sábado Santo

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, cuando contempláis el Sábado de mi gran dolor y de mi gran soledad, cuando me quedé sin mi hijo. aún llorando, recordando todos los tormentos de Su terrible Pasión y al mismo tiempo orando en espera de Su gloriosa resurrección, vengo de nuevo a deciros: El gran Sabbat sagrado de los últimos tiempos en el que vivís ahora está a punto de terminar.
Sí, ahora has estado viviendo en un gran Sábado Santo que precede a la gran manifestación gloriosa de Mi hijo Jesús con Su regreso para renovar todas las cosas y establecer en el mundo Su Reino de Amor.
Mientras vivís en este gran Sábado Santo, por ahora, el pecado, la muerte parecen triunfar. La violencia se ha extendido por toda la tierra, la inmoralidad, la deshonestidad, la corrupción de las costumbres y de la moral, la apostasía, la pérdida de la verdadera fe, el avance de las falsas ideologías satánicas: comunismo, protestantismo, espiritismo, modernismo, ateísmo parecen reducir ahora a la humanidad a un cadáver en descomposición.
Pero pronto Mi hijo Jesús hará sonar las trompetas de Sus Ángeles y descenderá repentinamente del Cielo en una gran nube luminosa para renovar el Cielo y la Tierra y transformarla finalmente en el reino amoroso de Nuestros Corazones.
A vosotros, hijos Míos, ahora sólo os pido oración, confianza y perseverancia en el camino que os he mostrado. Pues este santo Sabbat de pecado, de perdición, de corrupción de costumbres y también de sufrimientos y tribulaciones para vosotros, está a punto de terminar pronto. Y pronto amanecerá la aurora de vuestra resurrección. Es decir, de vuestra victoria sobre todo lo que Satanás hace hoy en este mundo para llevarlo a la perdición y todo lo que hace también para atormentar la vida de Mis hijos, la vida de los hijos de Dios y hacerles sufrir para cansarles y desanimarles y hacerles perder la corona de la vida eterna.
¡Persevera hijos Míos! Perseverad en el camino de la oración, del amor y de la santidad que os he pedido aquí, para que pronto participéis en la gran resurrección gloriosa de toda esta humanidad perdida y como muerta. Y como por encanto, por milagro, resucitará para convertirse en la nueva humanidad renovada y realizada en Dios.
Entonces el mundo será el jardín de la gracia, de la gloria y de la santidad de la Santísima Trinidad, donde los hombres por fin vivirán y realizarán aquello para lo que fueron creados. Vivirán la finalidad de su creación: amar, servir y adorar a Dios.
Este gran Sábado Santo, que desde mi aparición en Fátima se ha extendido a lo largo de este siglo, está a punto de terminar. Y aquí, por fin, terminaré Mis planes iniciados en Fátima conduciendo a toda la humanidad y a todos vosotros a esta gloriosa y gran resurrección que finalmente os transformará a todos en el reflejo perfecto de la santidad, perfección y belleza de la Santísima Trinidad que os creó para Su mayor adoración, alabanza y amor.
Por el momento, este gran Sábado Santo debe permanecer todavía un tiempo. Y por eso mi Corazón Inmaculado sigue sufriendo aún hoy, porque muchos de mis hijos mueren espiritualmente cada día en el pecado sin que nadie haga nada por la salvación de mis hijos.
Este gran dolor mío, hijos míos, aumenta día a día, por eso os he mostrado el signo de mi dolor haciendo brotar lágrimas incluso de sangre en muchas imágenes mías por todo el mundo. Y también en ésta que está aquí, para mostraros cuán grande es mi dolor. Cuán grande es Mi aflicción al ver que cada hora pierdo más y más hijos que caen en el pecado y se pierden.
Por eso mi Corazón Inmaculado se siente tan confortado por mi hijito Marcos, por todo lo que hace por mí y para mí. Y por eso también mi Corazón Inmaculado se siente tan confortado por todo lo que mi hijo Carlos Tadeo hace por mí, todos los cenáculos, las oraciones, los sacrificios, su cansancio de cada día para llevarme siempre más lejos, siempre a más niños que aún no me conocen.
Oh, qué hermoso es ver a esos pequeños hijos Míos floreciendo en verdadero amor por Mí, abrazando y besando con tanto amor Mi milagrosa Imagen peregrina. Siento esos besos, esos abrazos, esas caricias de Mis hijos. Y eso seca muchas lágrimas dolorosas que derramo, consuela Mi Corazón y Me llena de alegría.
Y todo esto Me lo dan Mis hijos, todo este amor Me lo dan porque este Mi hijo amado, sin escatimar esfuerzos, ni sufrimientos, ni medir distancias, Me lleva cada vez más lejos de todos Mis hijos.
Sí, qué hermoso es ver a esos hijos Míos rezando tantos Rosarios con Él, cantando como verdaderos niños pequeños clamando a la Madre del Cielo, entregándose a la Madre del Cielo, confiándose a la Madre del Cielo con amor, fe, gratitud, bondad y verdadera sed de conocerme y amarme.
Sí, allí estoy verdaderamente consolada y allí estoy verdaderamente amada en primer lugar por mi hijo Carlos Tadeo y luego por todos esos queridos hijos que me rezan tan amorosamente siguiendo su ejemplo, dirección y mando, que es el capitán que puse allí para dirigir mi ejército.
Sí, allí soy consolada y allí no soy verdaderamente la Madre Dolorosa, soy la Madre Alegre que siempre es amada, querida y escuchada por Mis hijos.
Y a todos vosotros, hijitos, os pido lo mismo, que consoléis Mi Corazón escuchando Mis Mensajes con amor, haciendo lo que Yo digo con amor, entregándome vuestros corazones con amor. Y buscando en todo seguir la guía del capitán que os di aquí mi hijito Marcos, que os muestra el camino seguro que debéis seguir.
De esta manera, tomaréis las espadas del dolor de Mi Corazón, tomaréis verdaderamente Mi dolor de Mi Madre dolorosa y me daréis verdaderamente la corona de una Madre alegre que siempre es amada, obedecida y querida por todos Sus hijos.
Rezad mucho hijos Míos, rezad por la juventud que está perdida en el pecado. Muchos jóvenes se han perdido por su propia culpa, es cierto, pero muchos otros se han perdido porque sus padres no los crearon con el fin para el que, y por el que Dios les dio la vida, que es amarle, adorarle y servirle.
Muchos padres no criaron a sus hijos para amar, adorar y servir a Dios, sino que los criaron para las cosas mundanas. Los malos modales son mucho peores que la falta de educación. Por eso, hijos míos, muchos jóvenes se han perdido porque sus padres no supieron educarlos y guiarlos hacia Dios.
Así que rezad por estos jóvenes que están perdidos en los vicios, que están perdidos en los pecados. Sufro por ellos, porque entre ellos había muchos que serían buenos religiosos, que serían buenos padres y madres que darían muchos Santos a Dios y a Mí, para hacer mejor a la humanidad.
Y esos buenos religiosos, esos buenos padres de familia se destruyeron, se echaron a perder, se perdieron porque sus padres no supieron crearlos para Dios, para conformarse a la voluntad de Dios.
Rezad por ellos, hijos Míos, para que Yo pueda salvarlos todavía por un milagro del amor misericordioso de Mi Corazón.
Sí, Yo soy la Madre Dolorosa que todavía hoy ve a esta pobre juventud perdida en el pecado. Pero salvaré a esta juventud con un milagro del amor misericordioso de Mi Corazón si rezáis Mi Rosario y hacéis los cenáculos, Mis grupos de oración por todas partes. Yo salvaré a muchos jóvenes y los transformaré en grandes santos para mayor gloria y victoria de Dios.
Deseo que vosotros, hijos Míos, recéis este mes de abril cuatro veces seguidas el Rosario tradicional del Espíritu Santo, contemplando los siete Dones del Espíritu Santo y pidiendo estos Dones. Quiero daros estos dones, aumentando en vosotros la sabiduría, el temor de Dios, la piedad, la ciencia, el consejo, la fortaleza, haciendo de vosotros instrumentos verdaderamente poderosos para la salvación de muchas almas.
Rezad este Rosario que mi hijito Marcos grabó para vosotros con los Mensajes del Espíritu Santo, para que Yo os queme con el fuego de amor propio del Espíritu Santo y ensanche vuestros corazones para derramar aún más en ellos Mi llama viva de Amor.
Os bendigo a todos... Os bendigo a mi amado hijito Carlos Tadeo. Hoy Sábado Santo, cuando lloraba por la pérdida, por la muerte de mi hijo Jesús, tú fuiste mi ángel consolador. Sí, te vi todo el día y toda la noche en mi oratorio. Vi los cenáculos, las oraciones, el amor, el cariño, la fidelidad, la obediencia que tendrías por Mí, y mis lágrimas ensangrentadas se convirtieron inmediatamente en lágrimas de oro, en lágrimas luminosas porque tu fidelidad, tu amor por Mí consolaron mi Corazón dolorido.
Sí, e incluso Juan, mi discípulo amado, cuando entró en mi habitación, también tuvo la gracia de verte en aquella visión que tuve, de conocerte y amarte. A él también le confié que rezara por ti, que intercediera por ti y que fuera tu protector y abogado.
Porque tu vocación es ser, incluso en tu estado de vida, mi Juan, mi consolador Juan, mi amoroso Juan que va conmigo dondequiera que voy, que me conduce hasta mis hijos, que cuida de mí, que cuida de mis intereses, que cuida de la salvación de mis hijos, que cuida de mi gloria.
Sí, tú eres Mi pequeño Juan y por eso Juan y Yo estamos siempre contigo, estamos siempre a tu lado protegiéndote, apoyándote, custodiándote y bendiciéndote.
No puedes imaginar cuánto consuelo diste a Mi Corazón Doloroso el Sábado Santo. Sí, Mis Lágrimas de Oro eran de alegría, de consuelo por tu futuro amor.
Queda así Mi consolador y el que transforma Mis Lágrimas de Sangre que aún hoy derramo, en Lágrimas de Oro puras de alegría, gozo y amor.
A ti, mi hijito Marcos, el más obediente de mis hijos, mis siervos y todos mis amados hijos, te bendigo con amor desde Jerusalén, Nazaret y Jacari.
(Marcos): «Querida Mamá del cielo, te ruego que toques estos dos hábitos que dos de tus hijos recibirán mañana al convertirse en tus postulantes. ¿Y puedes tocar también estos Rosarios para tu amado hijo Carlos Tadeo y también los escapularios y rosarios que hicimos para tus hijos?
Gracias».
(Santa Irene): «Amado hermano Carlos Tadeu, yo, Irene, estoy muy feliz por tu presencia hoy aquí. Hace mucho tiempo que esperaba que vinieras un día en que yo también me presentara aquí.
Te quiero mucho, Mi nombre significa paz, y como tú debes llevar el Mensaje de la conversión, la oración de la Madre de Dios que trae la paz a todos los pueblos, Yo también soy tu protectora y debo ayudar en tu misión de llevar estos Mensajes, los cenáculos de oración por todas partes, para que la paz del Inmaculado Corazón de María reine por doquier.
Cada día 5 de cada mes haré algo muy grande, muy especial para vosotros: Disminuiré un mes de fuego en el purgatorio de cualquier familiar de tu elección.
Sí, y el día 5 de cada mes os daré también una bendición especial y derramaré sobre vosotros copiosamente las gracias de los méritos de mi Martirio.
Te quiero mucho y te cubro siempre con Mi manto de luz y de amor para defenderte de todo mal. Llámame siempre, cuando Me necesites y vendré inmediatamente a ayudarte, consolarte y bendecirte.
Id en paz, Yo Irene, sierva del Señor y Mensajera de la Paz iré con vosotros a todas partes bendiciendo cada hogar al que vayáis».
(Marcos): «Hasta pronto mamá. Hasta pronto querido San Gabriel. Hasta pronto querida Santa Irene».
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