Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 9 de julio de 2017
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy que ya estáis celebrando aquí el Aniversario de mis Apariciones en Montichiari, vengo a pediros: Sed la esencia del amor, es decir, amad a Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma, con todas vuestras fuerzas.
Y que tu vida sea una esencia continua del amor de Dios y del amor de Dios, difundiendo por todas partes el suave perfume de la gracia de Dios, del amor de Dios. Para que este mundo lleno de pecado se transforme por fin, se renueve y se convierta verdaderamente en un jardín de gracia y belleza de la Santísima Trinidad.
Sé la esencia del amor, orando cada día con amor, haciendo muchas oraciones de amor, actos de amor, sacrificios de amor, penitencias de amor, esfuerzos de amor por Dios, por Mí, por la salvación de las almas. Para que tu vida sea verdaderamente una esencia fragante y deliciosa.
Para que entonces, vuestra vida pueda atraer verdaderamente a todas las almas hacia Dios y las almas puedan oler el agradable aroma del amor y la bondad de Dios.
Sed una esencia de amor, entregándoos cada día más a Dios y a Mí, tratando siempre de hacer algo más para que crezca vuestro amor por el Señor, por Mí, por la salvación de las almas. Y vosotros, sed rosas místicas perfumadas de amor, cuyo perfume sea más fuerte, más dulce y más agradable que la nariz.
Para que entonces todo el mundo adornado, destruido por Mi enemigo pueda sentir este dulce y suave perfume del amor de Dios. Y así, todas las almas buscan a Dios, Su gracia, buscan la reconciliación con Él. Y así, las almas se convierten en verdaderas Rosas Místicas de amor a Dios.
Sé una esencia de amor viviendo continuamente en el amor y para el amor. El amor es Dios y quien vive en el amor vive en Dios y Dios vive en Él.
Vine a Montichiari a buscar almas que como mi hijita Pierina, como mi hijito Marcos fueran rosas místicas de amor y sacrificio que se dejaran macerar, triturar. Para que la esencia dulce y suave del amor en pura transformación, de la caridad divina pueda extenderse por todo el mundo convirtiendo a los pecadores, llevando las almas a Dios con una fuerza invencible, imparable e indestructible de conversión y salvación para el mundo.
Si vosotros, hijos Míos, sois estas rosas místicas, entonces a través de vosotros Mi Llama de Amor actuará poderosamente convirtiendo a muchos pecadores y llevándolos a todos a la salvación.
Sed estas rosas místicas de amor, que emanan esta esencia divina de amor. Para que purifiquemos el mundo del hedor, del gas mortal que desprenden todas las rosas negras de Mi enemigo, que Él ha plantado en la humanidad. Que son el pecado, la violencia, la idolatría a los nuevos ídolos modernos: el placer, el dinero, el poder, la fama, la gloria, el prestigio, la sensualidad.
Para que entonces, el mundo sea liberado por fin del gas mortífero que liberan estas rosas negras de Mi enemigo, y para que todas las almas puedan respirar de nuevo el aire de la gracia de Dios, el aire de la salvación.
Seguid rezando Mi Rosario todos los días, seguid rezando el Rosario de las Lágrimas todos los días, porque al igual que por él he hecho muchos milagros por Mi hijo Marcos y a través de él a todo el mundo.
Yo también haré por vosotros hijos Míos, todo lo que Me pidáis por el Rosario de Mis Lágrimas, todo os será siempre concedido. Porque mis sufrimientos, mis penas junto a mi hijo fueron tantas y tan intensas, que si fueran llamas disolverían el mundo entero e incluso otros mundos.
Por esta razón, todo lo que se pida por los méritos de Mis Lágrimas y Dolores Mi hijo los concederá. Reza este Rosario y cosecharás muchas victorias.
Mi amado hijo Carlos Tadeu, sé que hoy regresarás a tu tierra, a tu hogar. Gracias por haber estado aquí conmigo estos 3 días consolándome a mí y a mi hijito Marcos.
Gracias por el consuelo que nos diste a los dos, gracias porque tu presencia aquí alegra Mi Corazón y Me hace olvidar muchos dolores que Me dan Mis hijos.
Gracias hijo, porque mientras estás aquí Mis Lágrimas no caen. Gracias, porque mientras estás aquí Mi Corazón recibe el calor de tu amor. Y así el hielo con el que Mis hijos Me tratan se derrite y Mi Corazón se calienta de nuevo y derrama sobre toda la humanidad las gracias abundantes y eficaces de Mi Llama de Amor.
¡Gracias por ser amor y por vivir continuamente en el amor hacia Mí!
Continúa firme y no mires atrás. No miréis a la derecha, ni a la izquierda, ni abajo, ni detrás. Mira siempre a la estrella, a María, a Mí.
Y sigue adelante hijo mío y no temas nada porque a través de ti allí en tu tierra y en muchos corazones por todo el mundo triunfaré.
Y a través de ti y de mi hijito Marcos haré que la esencia de mi Amor llene el mundo entero y haré que las almas vuelvan a respirar el aire de la gracia de Dios y así el mundo se salvará.
Os bendigo con Amor y bendigo a todos Mis amados hijos aquí de Montichiari, Fátima y Jacareí».
(Santa Isabel): «Queridos hermanos y hermanas, Yo, Isabel, me alegro de venir hoy aquí por primera vez en Jacarí. Gracias queridos hermanos, por venir hoy a alabar y amar a Nuestra Santísima Reina.
Yo, Elesbão que fui Rey de la raza negra, vengo hoy a deciros a todos: Sed el jardín de amor de la Inmaculada como yo lo fui. Viviendo en su amor, en el amor de Dios, viviendo cada vez más en la oración, en la penitencia, en el sacrificio, luchando por las almas y practicando así el trabajo de las obras y la caridad de las caridades: oración y sacrificio.
Sed jardines de la Inmaculada, cultivando cada día en vuestras almas las flores más bellas del amor, de la obediencia, de la humildad, de la sumisión a Ella, para que Ella viva y reine verdaderamente en todos vosotros.
Sed los jardines de la Inmaculada buscando cada día dar a la Inmaculada flores cada vez más numerosas: de sacrificio, de donación, de entrega luchando por Ella, sufriendo por Ella, haciendo todo por Ella, consumiendo vuestra vida. En amor por ella.
Sed los jardines de la Inmaculada haciéndola reinar verdaderamente en todos vosotros y a través de vosotros transformad los desiertos de todos los corazones en jardines de rosas perfumadas de amor.
Amado Hermano Carlos Tadeo, ¡te quiero tanto Eleanor! Rezo por ti en el Cielo cada día y en cada momento. También te acompaño, porque en cierto modo tú también tienes que gobernar a las almas que la Inmaculada Concepción te ha confiado y guiarlas por el camino de la santidad y de la salvación. ¡Grande es la gracia y la responsabilidad que se os ha dado!
Yo, que he gobernado Mi reino guiando a toda una nación en obediencia al Señor y a la Madre de Dios, te ayudaré a guiar, a gobernar a estas almas, dirigiéndolas cada vez más por el camino de la salvación del bien, de la gracia y del amor.
¡Contad Conmigo, confiad en Mí! ¡Llámame y vendré a ayudarte siempre! Cualquier cosa que necesites, cualquier cosa que quieras ven a pedírmelo y Yo te ayudaré siempre de la mejor manera que el Señor permita. Yo estoy siempre de tu lado, ¡nunca te abandonaré!
Que sepas querido hermano que la gracia que has recibido de ser elegido por la Inmaculada para tan gran misión, de tener también el honor, la gracia, el privilegio y la misión de ser el padre del hijo de Sus profecías, del hijo, del vidente más obediente, entregado, valiente y fiel a Ella. Esta gracia lo daría todo por volver a la Tierra y poseerla y poseerla.
Así pues, amado hermano, alaba a Dios, alaba a la Madre de Dios y ámalos con todas las fuerzas de tu corazón por esta gran gracia y favor que te han concedido. ¡Toma esta gracia con todas tus fuerzas y no la dejes por nada, por nada!
Piensa en el inmenso amor de la Madre de Dios que te ha favorecido mucho más que a Mí, mucho más que a todo mi reino en África. Sí, y hubo millones que rezaron conmigo, millones que sirvieron a Dios conmigo y millones que incluso fueron martirizados y no recibieron una gracia como la que tú recibiste.
Debes sentirte feliz porque debes amar a este Dios y a esta Madre que te favorecieron más que a Mí y más que a Mi reino.
Sí, alabado sea Dios, ámalos y ama también al hijo que te dieron, porque por él te has ganado tu lugar en el Cielo, por él obtendrás muchas más gracias de la Inmaculada y de Dios. Por él tú y tú os transformaréis en una llama incesante de amor.
Reza el Rosario todos los días y siempre que puedas reza 3 veces una aspiración en Mi honor y Yo vendré siempre a ayudarte, a bendecirte. Y te daré sabiduría, prudencia, para gobernar a las almas que la Madre de Dios te confió construyendo y plantando Su Reino de Amor en sus corazones.
Os quiero mucho y os doy mi bendición y mi paz y a todos vosotros queridos hermanos os digo: Rezad el Rosario, en mi tiempo aún no existía el Santo Rosario, al menos yo no lo conocía. Tenéis esta arma invencible que os dio la Madre de Dios y encima tantos Rosarios y entre ellos el Rosario de Lágrimas, Rosario de poder, ¡tantos Rosarios de poder!
Rezadnos y obtendréis todas las gracias que pidáis, incluida la salvación eterna.
¡Ama el Rosario, difunde el Rosario, vive el Rosario! Sed un Rosario de amor vivo y ardiente.
A todos bendigo con amor y especialmente a ti, Marcos, el más obediente, dedicado y valiente, siervo e hijo de la Madre de Dios. ¡Que por ella tuvo el valor de sufrir tanto! Pequeño mártir de la Inmaculada, Rosa mística de amor macerada en alabanza a la Inmaculada, cuya esencia de amor hoy se difunde y llega a 190 países de la tierra y lleva a millones a la Inmaculada.
A ti rosa eterna de amor y a todos Mis hermanos aquí presentes bendigo con amor ahora».
(Marcos): «Madre Celestial, ¿podéis tocar tú y San Thibault estos rosarios e imágenes que hicimos para tus hijos para su protección? Gracias por el afecto».
(María Santísima): «Como prometí allí donde lleguen estos objetos religiosos estaré viva realizando las mejores gracias y bendiciones del Señor.
Tomadlos hijos míos, porque son reliquias, son objetos tocados por la Madre del Salvador, la Madre de Dios, la Mujer más brillante que el Sol que es vuestra Madre
Quiero así ayudarles, bendecirles y protegerles. Acógelos con amor y cuídalos con devoción.
A todos, a todos mis hijos, a mi pequeño mártir de amor, a mi Rosa Mística de Amor, mi hijito Marcos.
Y a ti también Mi pequeño sol de luz que encendí en este mundo para iluminar las tinieblas. Mi primer hijo Carlos Tadeu, mi hijo amado te amo, te bendigo con mi manto y te digo: Quédate en la paz del Señor, vete en la paz del Señor y sirve siempre más al Señor.
Yo estaré contigo siempre más para bendecirte, protegerte y guiarte».
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