Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 21 de mayo de 2017
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, que celebráis aquí el Centenario de mis Apariciones en el Barral de Portugal, os invito de nuevo a todos a abrirme vuestros corazones y os digo:
Yo soy la Señora de la Paz, que se apareció en el Barral a Mi hijo Severino, para llamar al mundo entero a la oración del Rosario que es tan poderosa para detener todas las guerras, para conseguir la paz para el mundo y para obtener de Dios toda Su Misericordia, todas Sus Bendiciones.
Rezad el Rosario todos los días como os pedí en el Barral y entonces, verdaderamente, la violencia disminuirá hasta acabar. Los hombres volverán a amarse como verdaderos hermanos, la paz reinará en la tierra y el Ángel de la Paz dará por fin a todas las naciones la tan soñada concordia y paz.
Yo soy la Señora de la Paz que bajó al Barral para llamar a todos Mis hijos a la conversión y a la penitencia, a abandonar los pecados y los vicios que fueron la causa de la primera guerra mundial y también la causa de todos los males del mundo entero.
Y vuelvo a repetirlo: Si los hombres abandonan sus vicios, si dejan de hacer guerras de pecados y desaparecen todos los males de la humanidad, el mundo conocerá una nueva era de paz, amor, progreso, bendición y felicidad como nunca antes.
Y entonces, por fin, la humanidad disfrutará de una paz verdadera y duradera: ¡la paz de Dios!
Yo soy la Señora de la Paz que bajó al Barral para decir a Mis hijos que, si no se convertían, un nuevo castigo caería sobre el mundo: la Segunda Guerra Mundial.
Y todavía hoy os invito a todos vosotros, hijos Míos: Convertíos. Cambiad de vida y cesarán todas las guerras. Sobre todo, dejad de cometer los pecados que fueron la causa de la Segunda Guerra Mundial, con más de 100 millones de muertos. Los pecados cometidos contra Mí, contra mi Corazón Inmaculado y la desobediencia a mis Mensajes, especialmente los de Fátima y Barral.
Porque los hombres no escucharon lo que dije en estas dos Apariciones, Dios castigó al mundo por sus crímenes con los horrores de la Primera Guerra Mundial.
Permitió esa guerra para mostrar de una vez por todas a la humanidad que es pecado mortal desobedecer Mis Mensajes. Y cada vez que sean desobedecidos o despreciados, Dios permitirá que la humanidad pague, lave con Su sangre las lágrimas de sangre que Me hace derramar.
Dios permitirá que el mundo lave sus pecados con Su sangre.
Por eso, hijos Míos, si no queréis lavar en vuestra sangre vuestros pecados: convertíos, cambiad de vida, obedeced Mis Mensajes. Y anunciad por todas partes que es un error decir que nadie está obligado a creer en Mis apariciones, que no es pecado desobedecer Mis Mensajes, porque la Segunda Guerra Mundial demuestra lo contrario.
Convertíos, cambiad de vida y todos tendréis por fin la bendición de Dios y el mundo disfrutará de un nuevo y largo periodo de paz.
Deseo que este mes regaléis 10 Rosarios de la Misericordia nº 24 a Mis hijos. Deben conocer los Mensajes y Oraciones de este Rosario de la Misericordia para que Mis hijos se conviertan de verdad lo antes posible y finalmente, el mundo tendrá paz.
En el Barral, como en Fátima, abrí mi Corazón Inmaculado lleno de amor maternal por todos mis hijos. Y allí derramé verdaderamente mi amor maternal sobre todos mis hijos con una abundancia de mis gracias como nunca antes en la historia de la humanidad.
Por eso es necesario dar a conocer Mi aparición en el Barral tanto como en Fátima. Ayudad a mi hijo Marcos en esta misión, los que le ayuden en esta misión y en esta tarea serán bendecidos y recompensados por Mí con la vida eterna.
Id y decid a todo el mundo que se difunda, obedeced Mis Mensajes en el Barral y acudid allí en gran número para orar y consolar a Mi Inmaculado Corazón. Entonces haré brillar sobre todo Portugal, Brasil y el mundo mi gran luz inmaculada y mística que sacará a mis hijos ciegos de las tinieblas del pecado y les hará ver por fin: la luz de la gracia, de la paz y de la salvación de mi hijo Jesús.
Seguid rezando Mi Rosario cada día, a través de él haré que todos vosotros expandáis vuestros corazones cada vez más hacia Mi Llama de Amor. Y entonces destruiré finalmente a Mi orgulloso enemigo a través de los corazones de los pequeños que siempre Me dejan vivir, reinar, actuar y obrar maravillas en sus corazones.
A todos bendigo amorosamente y especialmente a ti Marcos, el más obediente y trabajador de Mis hijos. Y también a ti Mi amado hijo Carlos Tadeu, que junto con mi hijito Marcos es mi consuelo, es la causa de mi alegría y de toda mi esperanza.
Amado Hijo de Mi Corazón, nunca te desanimes, sigue adelante llevando Mis Mensajes de Amor y dando al mundo entero cada vez más Mi amor maternal y la luz de la verdad, que está en Mis Mensajes.
Sigue adelante con Mi Imagen Milagrosa e Hija Peregrina Mía, llevando la salvación a tantos hijos Míos. Estoy muy contento contigo y con todo lo que haces por Mí.
Si no fuera por tu «sí» como dice Mi hijo Marcos Mis hijos de Ibitira y de aquella región no tendrían ninguna posibilidad de salvación en estos malos tiempos, de predominio del pecado y de Satanás. Gracias a vosotros, a vuestra generosidad Mi luz maternal puede irradiar de aquí para allá y cambiar, transformar la vida de tantos hijos Míos.
Por eso, hijo mío, hoy con mi Corazón lleno de alegría y gozo de Madre que siempre es más para ti y para mi hijo Marcos, amado, obedecido, glorificado.
Te bendigo a ti y a todos mis amados hijos aquí también de Fátima, Barral y Jacareí».
Orígenes:
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.