sábado, 20 de mayo de 2017

Mensaje de María Santísima

(Marcos): Que bueno que te gustó, ahora los otros dos que me mandaste los tengo que hacer, esta semana lo haré. Sí, lo haré.

(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy os invito de nuevo a todos a la conversión.

«Los tiempos son malos, las almas son cada vez más frías, reacias a Dios y a la oración. Cada vez más almas se entregan a la vida de los placeres y del pecado y se pierden. Y por esta razón, Mis ojos y Mi Corazón sangran.

Cada día es menor el número de almas que quieren ayudarme a salvar a otras almas, a salvar a la humanidad con amor y generosidad. Por eso os lo pido: Imitad a Mis Pastorcitos de Fátima, ofreciéndoos a Dios con generosidad por vuestras oraciones, sacrificios, plegarias y sufrimientos para ayudarme a salvar a las almas, especialmente a las más pecadoras.

Sigo creyendo que aquí, entre vosotros, encontraré a estas almas generosas. Dilatad cada día vuestros corazones haciendo algo más, un sacrificio más, una obra de amor, oraciones más, para que vuestros corazones reciban Mi Llama de Amor, para que con generosidad respondáis «sí» a la llamada del Amor Eterno que Me ha enviado aquí.

Continuad rezando Mi Rosario cada día, a través de él os salvaré.

A todos bendigo con amor a Fátima, Caravaggio y Jacareí.

Regalad 10 CDs del Rosario de la Misericordia nº 26 que mi hijito Marcos hizo para vosotros a diez personas. Mis hijos deben conocer esos Mensajes, daros prisa y no descanséis, pues Satanás no duerme en el servicio de llevar a las almas a la perdición».

(San Gerardo): «Amados hermanos Míos, ¡orad, orad mucho! Satanás no duerme al servicio de conducir a las almas a la perdición y mientras tanto vosotros dormís en el sueño de la pereza y de los placeres.

Rezad, trabajad por la salvación de las almas, rezad el Rosario todos los días, haced los cenáculos de oración que la Madre de Dios ha pedido en todas partes.

Renunciad a las vanidades y a las cosas de este mundo, a las cosas mundanas, porque sólo servirán para que vuestras almas se enfríen en el amor a Dios, en el amor a la Virgen, hasta el punto de que vuestras almas caerán en alguna iniquidad y se condenarán eternamente.

No prestéis demasiada atención a los placeres mundanos, ni a las vanidades corporales, pues el cuerpo ya tiene un destino determinado. Ocupaos de salvar el alma, pues es preciosa y no hay nada más importante en la Tierra que salvar vuestras almas y llegar al Cielo.

De nada sirve ser bello, ni tener todo el dinero y los placeres del mundo si el alma caerá en el fuego eterno donde gritará con eterno dolor. Salvad vuestra alma y utilizad vuestro cuerpo para santificar vuestras almas y hacerlas agradables a Dios: mediante la oración, el sacrificio, la penitencia y las buenas obras de amor a Dios.

Regala cinco películas de Mi vida a cinco jóvenes. Sí, esta película de Mi vida que Mi hijo Marcos hizo para Mí es poderosa, ¡poderosa! Dásela a cinco jóvenes para que Me conozcan, Me amen, Me imiten y Me sigan por el camino de la oración y de la santidad.

Seguid rezando siempre mi Rosario, porque a través de él os daré grandes gracias a vosotros y a vuestras familias. Rezadlo por la salvación de Brasil, que está al borde de un nuevo y gran peligro.

Os bendigo a todos con amor desde Materdomini, Muro Lucano y Jacareí».