domingo, 7 de mayo de 2017

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito a todos una vez más a vivir y obedecer Mi Mensaje de Fátima. Los tiempos son malos, el ateísmo se ha extendido por todo el mundo. La inmoralidad, la violencia, el odio, la guerra y el pecado dominan todas las naciones. Satanás se siente el seguro vencedor de todas las almas y pueblos, y mientras tanto, las almas de Mis hijos se pierden cada día en mayor número cayendo en sus garras.

Busco almas por toda la tierra, almas que se olviden de sí mismas y de su voluntad y se ofrezcan a Mí como Mis apóstoles, como Mis servidores, para ayudarme a salvar almas difundiendo Mis Mensajes, haciendo los Cenáculos de oración por todas partes, viviendo una vida de oración, sacrificio y penitencia.

Pero, ¡no lo he encontrado! Todo lo que encuentro son almas egoístas que sólo piensan en sí mismas y en su voluntad, en sus diversiones y en sus placeres. Y mientras están completamente dominados por su voluntad, paralizados por su voluntad, el mundo está perdido y se dirige hacia una nueva y gran guerra.

¡Sí! No hay almas generosas que quieran ofrecerse conmigo como los Pastorcitos para pedir misericordia, para pedir la conversión de los pecadores, y para que con sus oraciones y sacrificios generosos detengan a Satanás, detengan el mal y lleguen al mundo: la gracia, la misericordia y la salvación.

Por eso aquí, en esta Mi fortaleza invencible de amor y oración, he venido a buscar almas que tengan este espíritu y quieran inmolar sus vidas, ofrecer sus vidas como Mis pastorcitos de Fátima, como Mi hijito Marcos a Dios para alcanzar de Él: misericordia, gracia y salvación para toda la tierra.

¡Por eso hice, hice que Mi pequeño hijo Marcos produjera tantos Rosarios Meditados, tantas Horas de Oración, Trece y Séptima, para formar aquí almas fuertes en el amor, generosas en el sacrificio, olvidadas y completamente muertas para sí mismas, sedientas y hambrientas sólo de la gloria de Dios, del triunfo de Dios en la Tierra y de salvar almas!

Y por eso permanezco aquí todos estos años para formar estas almas que el Todopoderoso desea y para cumplir finalmente todo lo que comencé en Fátima y que ahora debe ser llevado a su plena conclusión y cumplimiento a través de Mi pequeño hijo Marcos y de almas generosas, dignas como él que junto con él dirán Sí al cumplimiento de los Planes del Señor, los Planes de Mi Corazón.

Que estas almas se levanten y vengan a ayudarme a salvar a esta humanidad perdida, pervertida y completamente dominada por Satanás y las fuerzas del mal. Que las almas olvidadas de su propia voluntad, muertas para sí mismas, para el mundo, para su voluntad, se levanten y vengan a ayudarme con sus oraciones y el sacrificio de sus vidas para salvar a muchas almas y cumplir Mi gran Plan de Amor.

Sí, aquí estará Mi Jardín Místico de Amor y aquí tendré verdaderamente almas que serán verdaderas rosas místicas de oración, sacrificio y penitencia. Y por eso muevo siempre más a mi hijo Marcos a trabajar, a producir Rosarios, Horas de Oración. ¡También trabajando incansablemente en Mi Radio, en la Tv que está haciendo para Mí, en los Libros y en los Cenáculos para formar almas verdaderamente muertas para el mundo y vivas para Dios! Muertas para sí mismas y vivas sólo para Mi hijo Jesús y para Mí.

¡Que estas almas se levanten! Y por eso aquí mi hijito Marcos trabaja incansablemente movido por Mí para formar almas según mi corazón y deseo.

Ayuda, ayuda a esta Mi obra de salvación, ayuda a Mi hijo Marcos a completar todo lo que Yo empecé en Fátima. Y entonces, vuestras almas serán queridas por Dios, queridas por mi Corazón Inmaculado, y serán flores colocadas por Mí para adornar el Trono del Señor en el Paraíso.

Continuad rezando Mi Rosario cada día, difundid más Mi Mensaje de Fátima. Deseo que este mes entreguéis 25 películas de Mi aparición en Fátima a 25 personas, para que conozcan Mis mensajes, se conviertan y entonces pueda finalmente aplastar la cabeza de la serpiente infernal, llevar a cabo los planes que inicié en Fátima y conducir a las almas y al mundo entero al Triunfo de Mi Corazón Inmaculado.

En el Centenario de mis apariciones en Fátima lo que quiero de todos vosotros es el «sí» y la entrega total de vuestros corazones.

A todos bendigo con amor a Fátima, Montichiari y Jacareí».