Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 12 de febrero de 2017

Cumpleaños del Vidente Marcos Tadeu

 

(Padre Eterno): Marcos, mi amado hijo, Yo, el Padre Eterno soy hoy tu regalo de cumpleaños, y vengo con mi amada hija María para darte hoy mi regalo paterno por tu 40 cumpleaños.

Derramo sobre ti nuevas efusiones de mi Gracia, nuevos dones del Espíritu Santo y también nuevas gracias del Corazón Misericordioso de mi hijo Jesús. Ahora derramo sobre ti nuevos dones, nuevos talentos, nuevas gracias y también nuevo poder de la llama amorosa de mi hijo que es el Espíritu Santo, de la llama amorosa de mi amadísima hija María, que es mi espíritu de amor.

Ahora te infundo todas estas gracias y te doy un nuevo grado de gracia santificante en la tierra y un nuevo grado equivalente de gloria en el cielo.

Hijo amado, hoy todo el Paraíso y toda la Tierra se alegran de tu nacimiento. Tu nacimiento es un don de mi amor al mundo, porque a través de ti puedo ahora realizar en estos últimos tiempos de apostasía mi obra de amor por la salvación de mis hijos y la conservación de mi fe, la fe católica en las almas de mis hijos y en la humanidad.

Tu nacimiento es un don del amor de Mi corazón por toda la humanidad. Porque a través de tu vida, de tu «sí» y de tu amor pude mostrar el Rostro de mi verdadero Padre, el Rostro y el Amor de mi Padre a todos mis hijos.

Tu nacimiento es un Don de Mi Amor para toda la humanidad, porque a través de ti pude acercarme a Mis hijos en estas Apariciones, pude hacerles sentir Mi Amor, Mi Misericordia, Mi inmenso deseo de salvarles y pude darles realmente las gracias de Mi bondad y de Mi Espíritu de Amor.

Tu nacimiento es un don de Mi Amor para toda la humanidad porque a través de ti pude hacer realmente maravillas en este lugar, conversiones, pude atraer a Mis hijos a la oración, a la penitencia que los reconcilia Conmigo, que les abre las puertas de Mis Gracias, que los une a Mí y los conduce a la verdadera santidad.

Tu nacimiento es un don de mi amor a la humanidad, porque a través de ti, enviando a María a ti y a través de ti a todos estos hijos Míos, pude hacer que Mi luz y Mi gracia se difundieran por el mundo tocando, convirtiendo y transformando los corazones.

Sí, hija Mía, tu nacimiento fue un regalo de Mi Amor a la humanidad y después de eso la humanidad ya no puede dudar de cuánto la amo. Porque nunca he abandonado a Mis hijos, y a lo largo de la historia siempre he enviado profetas, santos y a Mi propio hijo para llamar a Mis hijos hacia Mí. Para reconciliarlos Conmigo y mostrarles el camino que deben seguir para alcanzar la salvación, a Mí en el Cielo.

Y en este tiempo no ha sido diferente, te he dado a la humanidad, te he dado al mundo entero, a ti que eres Mi apóstol, Mi hijo, que eres Mi mensajero, Mi siervo fiel. Y a través de ti he podido llevar mi gracia salvadora a tantos hijos míos que habrían estado perdidos y condenados sin remedio si tú no hubieras nacido.

Por eso, Mi hijo se alegra y todos Mis buenos hijos, todas las almas de buena voluntad se alegran por Ti y en Ti porque verdaderamente por Ti en Ti he mostrado al mundo entero cuán grande es Mi amor. También he mostrado cuán grande es mi amor por ti dándote a mi amada hija María, para que sea tu Madre, maestra, consejera, para que sea tu refugio, luz y amor.

Sí, eras un niño muy cariñoso y sabiendo todo esto te envié a María: hermosa, tierna, tierna, para que en su amor, cariño, ternura tu corazón fuera conquistado por Mí y ella te uniera a Mí.

¡Mi plan no falló! Cómo podría fallar siendo Yo la sabiduría eterna, perfecta y divina. Te enamoraste de María y al enamorarte de la Madre de mi hijo, de mi princesa, te enamoraste también de mi hijo Jesús y de mí.

Y así gané tu corazón y fuiste toda Mía. Y así es también como quiero en estos tiempos conquistar al resto de Mis hijos. Quiero conquistarlos a través de María, del amor de María, de la dulzura de María, del afecto de María, de la belleza de María, de la gloria de María, de la santidad de María.

Porque en su santidad podéis ver la Mía, en su amor podéis sentir la Mía, en su afecto podéis sentir el Mío, y en su corazón podéis sentir verdaderamente el amor de Mi Corazón por todos vosotros, porque fui Yo quien la hice tan amorosa y la preparé para vosotros.

Oh, hijitos deseo que vengáis a Mí por Ella y tú hijo Mío Marcos eres verdaderamente un hombre bendecido y agraciado por Mí. Pasarás a la historia como un hombre que ha conocido verdaderamente cuán grande es el amor de Dios por sí mismo y por la humanidad.

Permanecerás como Mi incesante llama de amor, la incesante llama de amor a María para toda la posteridad, permanecerás como un signo de Mi gran amor por la humanidad. Y cuando todos miren tu vida y todo lo que Yo con mi princesa María he hecho por ti, la humanidad me dará gloria, honor y alabanza. Todos se golpearán el pecho proclamándome: ¡Santo, Santo, Santo!

Y entonces toda lengua se abrirá para alabarme, bendecirme, adorarme y glorificarme, y entonces reinaré, reinaré absolutamente en todos los corazones y en todas las Naciones.

Hijo, después de haberte dado a María con todas las gracias que te trajo y te dio en estas Apariciones, también te demostré finalmente mi amor por ti dándote a tu padre espiritual, mi hijo amadísimo Carlos Tadeo.

En su amor puedes sentir el Mío, en su afecto puedes sentir el Mío. En sus cuidados, en su protección, en su comprensión y en su mirada puedes sentir Mi amor. Mi protección, mi afecto y mi apoyo. En su voz puedes sentir la Mía que te habla con amor.

Después de haberte dado un padre así nunca podrás dudar de que te amo, porque te he dado a este Mi hijo bendito y amado para que sea verdaderamente Mi signo para ti y para que Mis tiempos estén cerca de ti cuando Yo no me te aparezca.

Entonces hijo Mío, alégrate, alégrate porque eres verdaderamente muy amado por Mí y a estos hijos Míos también les digo: Alégrate, porque aquí no sólo he mostrado, no sólo he revelado mi amor a mi hijito Marcos, sino que a través de todo lo que le he dado y hecho también he mostrado cuánto os amo, cuánto os quiero, cuánto os beneficio trayéndoos aquí a este lugar que es mi segundo cielo en la tierra, que es mi palacio en la tierra y que es el arca de salvación que he preparado para vosotros, para todos vosotros hijos Míos.

Os amo, os amo a todos con toda la fuerza de mi amor divino y paternal y a vosotros y a mi hijo Marcos os bendigo ahora y finalmente os pido: Continuad rezando todos los días el Rosario de la Madre de mi Hijo, de María, de mi Santísima Princesa.

Por medio de él os bendeciré siempre más y más con mi gracia y cada Rosario que recéis de verdad derramaré sobre vosotros mis Bendiciones Paternales.

En efecto, cada vez que recéis «Ave María, llena eres de gracia» derramaré sobre vosotros un rayo de mi gracia divina que llenará vuestra alma de luz, de paz, de vida sobrenatural y os hará verdaderamente llenos de mi Espíritu Santo.

A todos os bendigo con amor desde Jerusalén, el Monte Sinaí y Jacari».

(María Santísima): «Queridos hijos míos, hoy que celebráis aquí el Aniversario de Navidad de mi hijo Marcos, y también mi Fiesta como Señora de la Escuela, protectora de todos los maestros y profesores del mundo, vengo a vosotros para deciros:

Entrad en Mi Escuela de Santidad y Salvación que abrí aquí a través de Mi pequeño hijo Marcos Tadeu. Entrad en esta Escuela de Salvación y dejaos formar por Mí en ella cada día: en el amor, en la oración, en el sacrificio, en la penitencia, en la humildad, en la obediencia a Dios.

Entrad en esta Escuela de Santidad, renunciando a las malas enseñanzas de la escuela del mundo, es decir: impureza, soberbia, pereza, orgullo, envidia, concupiscencia, orgullo y todos los demás vicios y pecados de esta tierra. Para que, entonces, os enseñe la buena doctrina de la salvación que es Jesús, que es Su Palabra y Su Evangelio que aquí os anuncio con el amor y el tacto de mi Madre Amor.

Entrad en Mi Escuela de Santidad, porque aquí os enseño lo mismo que enseñé a Mi hijo, el Niño Jesús: La obediencia a Dios, hacer la voluntad del Padre en todo tiempo y lugar, luchar por la salvación de las almas, sufrir por la salvación de los demás, orar, amar a Dios sobre todas las cosas, hacer Su voluntad.

Esto es lo que enseñé a mi hijo Jesús, sobre todo por las tardes, cuando le ponía de rodillas y le enseñaba la Escritura divina, le enseñaba la Ley del Señor.

Esto es lo que te enseño aquí, esto es lo que te enseño aquí. Venid a Mi Escuela y os enseñaré todo esto aquí y os explicaré todo lo que Mi hijo Jesús no os explicó hace dos mil años porque los hombres no estaban preparados para comprenderlo o conocerlo.

Venid a Mi Escuela de Santidad que aquí os enseñaré la verdadera santidad que consiste en amar a Dios y hacer su voluntad renunciando a la vuestra.

Os enseñaré lecciones muy preciosas, os enseñaré cómo morir a vosotros mismos y a vuestra voluntad, cómo vaciaros y desprenderos de las cosas mundanas, cómo entregar vuestros cuerpos y vuestras almas a Dios, cómo podéis convertiros en llamas incesantes de amor.

Todo esto se lo enseño desde hace 26 años a mi hijito Marcos, mi primer y mejor alumno en mi escuela. ¡Ah! No sólo fue el mejor alumno de su escuela terrenal, ¡también es el mejor alumno de Mi Escuela Celestial!

Y si escucháis lo que él, como alumno mejor y mayor, os enseña, vosotros también aprenderéis Mis lecciones maternales, seréis buenos alumnos en Mi Escuela de Santidad, seréis aprobados por Mí y por el Señor, y recibiréis el diploma celestial de grandes santos.

Entrad en Mi Escuela de Santidad siguiendo los pasos de Mi pequeño hijo Marcos. Cuántos se preguntan: «Ah, ¿cómo puede amar así a la Madre de Dios? ¿Cómo puede haber hecho tantas cosas, tantas obras por ella?».

Ah, hijos míos, pero ha ensanchado tanto su corazón por mi Llama de Amor por tantas oraciones fervientes, ardientes sacrificios y ayunos, ardientes esfuerzos por agradarme, obedecerme y servirme incluso cargando una pesada cruz. E incluso cuando Mi voluntad, que era difícil, repugnaba a su humanidad, aún así se esforzó por hacer lo que Yo quería, por lo que pudo hacer tanto por Mí. Sus huellas son muy profundas y cualquiera puede verlas, pisarlas y seguir el camino por el que Yo le llevo.

Jacareí es una Aparición que no necesita explicación, porque aquí ya he hecho que Mi hijo Marcos deje huellas, muy profundas para que todos puedan seguirme en sus huellas. ¡Por eso, hijos Míos, vosotros, pisad sus huellas: de oración, de sacrificio, de amor, de fidelidad, de obediencia a Mí y vosotros con él alcanzaréis seguramente la graduación celestial recibiendo finalmente el diploma de grandes santos y verdaderos hijos de Dios y de Mí!

Da gracias a Dios y también a esta Madre celestial tuya que te ha dado un amigo, un compañero y al mismo tiempo un maestro que hace Mis tiempos aquí cuando Yo no estoy en la Aparición aquí. Y que te dice cuál es Mi voluntad, que te muestra el camino que quiero que sigas, que te muestra lo que quiero que hagas, que te indica el camino correcto y evita que tomes el camino equivocado y te pierdas.

Este es el papel de Mi hijo Marcos, hacer Mis tiempos aquí contigo cuando no estoy aquí en la Aparición hablándote personalmente. Es a través de él como hablo en los Cenáculos, en sus meditaciones, conferencias, oraciones grabadas e incluso en las conversaciones ordinarias de la vida diaria.

A menudo me sirvo de él para decirte lo que quiero, cuál es Mi voluntad. Y no te preocupes por descubrirlo, más día a día a través de mi pequeño hijo Marcos te lo diré. Y entonces, toda la confusión de tu mente saldrá y verás claramente el camino que debes seguir.

Gracias a Dios, gracias a Mí por haber dejado aquí un hijo que agrandó tanto su corazón para Mí que mi corazón muchas veces late al unísono con su corazón y Yo mismo vengo del Cielo para revelarme a vosotros a través de él. Revela Mi Amor, haz que Mi afecto sienta en su afecto y en su amor Mi amor por todos vosotros.

¡Ah, hijos míos! Sí Él y Yo somos uno y muchas, muchas veces a través de él os hablaré. Rezad para que tengáis la sabiduría de discernir y reconocer cuándo os hablo a través de él. Y entonces, sentiréis verdaderamente una gran alegría y paz por sentir mi amor, mi voluntad y lo que quiero de vosotros.

Hoy, en la Fiesta de vuestra Madre Celestial como Señora de la Escuela y también en la Fiesta del Cumpleaños de mi hijo más querido, favorito, obediente, entregado y esforzado, en la Fiesta del Cumpleaños de mi incesante llama de amor, a todos os digo: Os quiero mucho a todos y la prueba de mi gran amor por todos son mis apariciones aquí.

Y todo lo que os he dado a través de la persona, el trabajo y la obra de Mi hijito Marcos, en él, en su esfuerzo, en su sacrificio, en su entrega incansable por salvaros a todos, podéis sentir cuánto os amo, cuánto lucho por vosotros y cuánto deseo la salvación de todos vosotros.

¡Rezad cada día Mi Rosario!

Y cuánto amas a mi hijo Carlos Tadeu, te he dado el hijo más querido, el hijo más amado de mi Corazón. Te di a la niña más pura, a la niña más amorosa, a la niña más inocente que encontré sobre la faz de la tierra, para que le hables, le hables y salves a Mis hijos a través de ella.

Tienes en tus manos el tesoro más querido de los últimos tiempos que Yo tengo.

Tienes en tus manos al hijo amado del Padre.

Tienes en tus manos la oveja del hijo amado.

Tienes en tus manos el templo más querido y amado del Espíritu Santo.

Tienes en tus manos al hijo que es la obra extraordinaria de mi Corazón Inmaculado, la lámpara que encendí para iluminar al mundo entero y destruir todas las tinieblas.

Te di como hijo al que profeticé a mi hija mariana de Jesús Torres y que es el hijo predilecto de mi Corazón, que resucitará todas mis apariciones y hará que todos mis hijos conozcan mi Amor y en ellos mi Corazón Inmaculado triunfe sin rival en todas las naciones.

Por eso tú, mi amadísimo hijo Carlos Tadeo, tienes en tus manos mi instrumento más precioso, mi joya más preciada. Tienes en tus manos al hijo más amado y querido de mi Corazón.

Debes sentirte feliz porque te he concedido una gran gracia, un gran don, un gran honor y un gran regalo. Reza, reza, reza para poder comprender tal gracia y misión, para comprender tal favor, tal bendición que te he dado. Y al mismo tiempo para que puedas comprender cómo debes ser: padre no sólo espiritual, sino también humano, de Mi hijo Marcos Tadeo.

Entonces, hijo Mío, verdaderamente, Mi llama de amor os fundirá a ambos en un solo corazón y en una sola llama de amor. Y juntos, a través de vosotros, nada podrá detener el gran rayo de luz que liberaré de mi Corazón Inmaculado para cegar y paralizar a Satanás y salvar al mundo entero.

Te amo, hijo mío Carlos Tadeo, y también hoy te doy la bendición de mi Corazón Inmaculado.

Y a todos, a todos mis hijos, a mi hijo Ricardo Batalha que me dio esta hermosa corona y que mañana volverá a mi amada tierra de Portugal.

A él una vez más le digo Gracias Mi amado hijo por este gran deleite que Me has dado. Por esta corona que Me diste en la Tierra te daré otra de la más bella luz del Paraíso y todos los días de tu vida te estaré cubriendo con Mi Manto de Amor y protegiéndote con tus Santos Protectores y desprendiendo para ti cien de mis mil Ángeles Guardianes para que te protejan.

A todos Mis hijos que estáis aquí, a los que me escucháis ahora a través de Mi radio y Mi Tv os bendigo con amor desde Fátima, Lourdes, Asseiceira y Jacareí».

(Marcos): «¿Me dará la Señora aún más presentes? ¿Lo que Yo quiera?

(Marcos): Entonces, Madre Mía, quería preguntarle algo a la Señora, ¿las personas que están aquí ya cometieron pecados mortales que las hacen merecedoras de la condenación eterna? ¿Hay personas aquí así?

¿Han reparado suficientemente los pecados que han cometido? Por eso te pido que les des a todos los que están aquí el perdón completo de todos sus pecados, que les des a todos la remisión de las penas eternas que merecen por esos pecados.

Y si tienes que pedir a Nuestro Padre que conceda esta gracia cada año en este mismo día, dame a Mí esta gracia de pedir por ellos cada año hasta el final de Mi vida.

¡Gracias, gracias Señora!

¡Más! Luego te pido que me des la gracia de tener en mi corazón la llama incesante del amor hacia ti, para que te ame y ame a mi Padre del cielo y también a mi padre Carlos Tadeo en ti.

Que los ame ininterrumpidamente incluso durante mi sueño, incluso durante mi descanso. Que esta llama nunca, nunca deje de dar a Dios: amor, alabanza, adoración, gloria, reparación. Y también a la señora: amor, alabanza, gloria, reparación, amor filial, afecto. Y también a mi padre espiritual, que esta llama me haga rezar por él, interceder por él, pedir por él y abogar por él las gracias en el cielo con mi oración en esta llama de amor ininterrumpidamente.

¿Verdad? ¿Darás hoy? ¡Pero no puedo esperar más! ¡No puedo esperar tanto! Me contento, que se haga la voluntad de la Señora, no la mía.

Aunque si me dieras hoy esa llama de amor, ¡hoy podría empezar a amarte sin interrupción!

De acuerdo, obedezco.

¿Seguro que no quieres dármela hoy? ¡Hoy dejarías de sufrir! Yo podría amarte mucho más, ¡tú dejarías de sufrir hoy y también el hijo de la Señora!

Sí, sí, ¡eso espero!

¿Hay algo más que pueda hacer hoy por ti?

Sí, sí, ¡hasta pronto, Madre mía! Hasta pronto, Padre mío».

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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