domingo, 11 de febrero de 2018

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, os amo y os llamo a Dios. Escuchad mi llamada a la conversión y a la oración. Es Dios quien os llama a través de mí.

Este es el momento de que abráis vuestros corazones a Su amor divino, para que recibáis en profundidad la luz y la gracia, la paz y el amor.

Hijos míos, no os desaniméis. No os apartéis de mí ni de mi Divino Hijo. He sufrido mucho por cada uno de vosotros, por vuestro bien, por vuestra felicidad, y no me canso de llamaros al camino recto que conduce al cielo.

Rezad mucho, hijos míos, para ser de Dios. Sin oración vuestros corazones no pueden pertenecer plenamente a mi Hijo Jesús. Sin la oración, vuestras vidas y vuestras familias no pueden tener la fuerza para vencer la oscuridad en la que Satanás os rodea, cada día, intentando alejaros de Dios.

Rezad para vencer todo mal y vuestra propia voluntad. Rezad para pertenecer a mi Hijo con todo vuestro ser. Vendrán tiempos difíciles y muchos se apartarán del camino de la verdad, pues muchos guías ciegos están guiando a otros guías ciegos, como les dijo mi Hijo Jesús, y ambos caminan por la senda que conduce al fuego del infierno.

Pide la misericordia de Dios para la humanidad ingrata. Pedid perdón por vuestros pecados. Los que no desean abrir su corazón corren el peligro de ser arrastrados por la marea de errores y de falta de fe que arrastrará a muchos lejos de Dios.

Abrid vuestros oídos y vuestros corazones para comprender los tiempos y los acontecimientos que Dios os reveló hace mucho tiempo en Su Palabra Eterna.

Acoged mi amor en vuestras vidas, y muchas gracias descenderán del cielo sobre vosotros y vuestras familias.

Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Santa Madre dijo antes de partir que en la Fiesta de la Santa Faz, Martes de Carnaval, su Divino Hijo viene a bendecir al mundo y de modo particular a todos sus hijos e hijas enfermos de alma y cuerpo y que recemos por la curación de todos ellos.