lunes, 3 de julio de 2017

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

Hijo mío, escribe lo que has leído:

«El carácter sacramental del orden sanciona por parte de Dios en una alianza eterna su amor de predilección, que exige a cambio, de la criatura elegida, la santificación.... El clérigo debe ser considerado como un elegido entre el pueblo, colmado de dones sobrenaturales y partícipe del poder divino, en una palabra, otro Cristo. Ya no se pertenece a sí mismo, ni a sus parientes y amigos, ni siquiera a su país. Un amor universal debe consumirle. Más aún, la caridad universal será su aliento, sus pensamientos, su voluntad, sus sentimientos dejarán de ser suyos para ser de Cristo, que es su vida». (Carta Encíclica Sacerdotii Nostri Primordia Del Sumo Pontífice

Papa Juan Xxiii )

Mis Ministros, muchos de ellos, quieren hacerlo todo sin mí. No creen en mi sobrenatural, porque ni siquiera ellos mismos comprenden que han sido revestidos y colmados de estos dones para ser uno conmigo.

No aceptan mi extraordinario en sus almas, porque no respiran, no tienen sus pensamientos, voluntad y sentimientos unidos a mí, porque siguen, respiran, piensan, tienen su voluntad y sentimientos llevados y conectados sólo por las falsas ilusiones del mundo.

Buscan su propia santificación que les conviene, mientras que soy Yo quien santifico.

Sin Mí no pueden hacer nada.

¡Te bendigo, hijo mío, y te doy mi paz!