Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 26 de marzo de 2017

Domingo de Laetare, 4º Domingo de Cuaresma.

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V. a través de Su voluntarioso, obediente y humilde instrumento e hija Ana.

 

Hoy, 26 de marzo de 2017, hemos celebrado el Domingo de Laetare. Ha precedido una reverente Santa Misa Tridentina de Sacrificio. El altar del Sacrificio y también el altar de María estaban adornados con decoraciones florales festivas. Los ángeles, incluidos los arcángeles, entraron y salieron durante la Santa Misa de Sacrificio y adoraron al Santísimo Sacramento en el sagrario y también se agruparon en torno a él.

El Padre Celestial hablará hoy: Yo, el Padre Celestial, hablo hoy, a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está totalmente en la voluntad del Padre Celestial y hoy repite Mis palabras en su totalidad.

Mi amado pequeño rebaño, Mis amados seguidores y amados peregrinos y creyentes de cerca y de lejos. Todos vosotros habéis recibido esta abundante bendición en este Domingo de Laetare. Pero la gracia también significa tarea para vosotros. Esta tarea consiste en que cumpláis mi voluntad. Cuando os impongo la pesadez, os pido que la soportéis con amor, no con refunfuños y rebeldía, sino según mi deseo y voluntad. Deben convertirse en sacrificios de amor que deben cumplirse. Esta gracia se os concederá hoy, en este domingo especial. Mira el Evangelio de hoy.

¿Qué aspecto tiene realmente este domingo? ¿He profetizado y os he mostrado las maravillas como he dicho? ¿No podría revelarse el Dios poderoso sin milagros? Sí, realmente podría haberlo hecho como rey de todo el mundo y de la humanidad redimida. Así es como podría haber aparecido realmente. Pero también quería tener un «Sí, Padre» listo por vuestra parte, sin obrar milagros.

Puedo obrar milagros para que reconozcáis la fe de ver, pero no los milagros de la verdadera fe. Si sólo crees, si sólo ves lo que crees, es una fe demasiado débil. Puedes caer en cualquier momento e irte al extremo equivocado. No estoy de acuerdo con esta fe contigo. Creer y sin embargo no ver es demasiado escaso - sin milagros debes ser capaz de creer.

Durante este tiempo padecerás los sufrimientos más severos y tendrás que hacer los sacrificios más severos. Debes aceptar tus sufrimientos de mi mano, que está destinada a ti, pues corresponde a mis deseos.

Contempla el amor de tu querida Madre, tu Madre Celestial. ¿Acaso no lo ha soportado todo por amor hasta mi sufrimiento en la cruz? ¿Acaso no dijo un sí libre al sufrimiento redentor de toda la humanidad, aun sabiendo que tenía que soportar los sufrimientos más severos para el futuro?

Ella dijo al saludo del ángel «Sí, Padre, hágase tu voluntad, como tú quieres, así se hará». Con esto ha dicho su pleno sí al sufrimiento de la redención. Y lo mismo deseo de ti. No debes decir: «Padre, quítame estos sufrimientos; si se hacen demasiado duros, quítamelos», sino: «Sí, Padre, en Tu voluntad soporto este sufrimiento como Tú quieres y no como yo lo imagino. Quiero ponerme en tu voluntad, porque te amo y por este amor hago los mayores sacrificios cuando Tú me los exiges. Éstos son los sufrimientos de amor y éstos significan los últimos peldaños del Calvario. De buena gana subiré peldaño a peldaño, como tú deseas que lo haga.

Y así te bendigo hoy, en este maravilloso domingo de alegría en la Trinidad con todos los ángeles y santos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

El Dios Trinitario te ama y sigue deseando de ti una voluntad: «Sí, Padre, hágase tu voluntad». Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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