Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 19 de marzo de 2017

3er Domingo de Cuaresma.

Nuestra Señora habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V. a través de su voluntaria, obediente y humilde instrumento e hija Ana.

 

Hoy hemos celebrado el tercer domingo de Cuaresma con una Santa Misa Sacrificial Tridentina. El altar de la Virgen María estaba adornado con un abundante mar de flores. Los ángeles entraban y salían.

La fiesta de San José es una fiesta especial, sí, es un día de gracia. Por eso, amados Míos, hoy Nuestra Señora os hablará.

Nuestra Señora dice: Yo, vuestra Madre Celestial, Nuestra Señora, hablo ahora y en esta fiesta de San José, a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que hoy repite las palabras que vienen de Mí.

Amado pequeño rebaño, amados seguidores, amados creyentes y peregrinos de cerca y de lejos. Yo, vuestra queridísima Madre, puedo dirigiros hoy unas palabras, unas palabras especiales. Sois Mis amados hijos de María. También sois los hijos de San José, Mi esposo, los hijos adoptivos de San José, como San José lo fue de Mi niño Jesús.

Yo, vuestra queridísima Madre, he rezado este día de gracia por vosotros. San José ha preparado milagros especiales para vosotros. Muchos milagros ocurrieron en su tiempo. Estos milagros siguen ocurriendo hoy. Deseo, Mis amados, que hoy, en este día de gracia, tengáis una devoción a San José.

Agradecedle las muchas gracias de los últimos años. Cuántas veces actuó San José. ¿Acaso no trabaja todavía hoy, incluso sobre la Casa de la Gloria en Mellatz? Él protege la casa de Allgäu. También es tu protector.

Como te dije ayer, has hecho una Santa Confesión digna. Esta confesión fue querida por Mí, en este día especial de gracia, San José.

Él sigue protegiéndote y siempre está dispuesto a escucharte en todos los problemas de la vida. No podrías experimentar muchas cosas si no tuvieras a este gran santo a tu lado. Él obrará milagros, milagros de gracia que tú has pedido.

Muchas pequeñas cosas que ya has experimentado y pasado por alto te las ha proporcionado San José. Aférrate a él, Mi esposo, San José, como yo, tu queridísima madre, me he afianzado a él. Él te protegió. Se le permitió daros muchas alegrías, amados míos, aunque no fuera visible para vosotros, especialmente en este último tiempo, el tiempo de la tribulación. En este último tiempo tenéis que hacer los sacrificios más duros. No podéis comprender estos sacrificios. Sin embargo, los sacrificios están destinados a vosotros.

Os sobrevendrá mucha pesadumbre y no os daréis cuenta de que la Providencia lo ha querido para vosotros y no de otro modo. Hay muchas cosas que no puedes comprender.

Sin embargo, puede estar en la voluntad y el plan del Padre Celestial. No puedes frustrar su plan ni reconocerlo. De ninguna manera te revelará el Padre Celestial éste, Su plan.

Exigirá de ti los sacrificios más pesados. Harás con gusto estos sacrificios. Son las víctimas de los últimos tiempos. Dad gracias por ellos, aunque a veces os resulte difícil hacerlos.

Puedo confirmarte que el Padre Celestial te ama, justo cuando exige de ti los sacrificios más difíciles. Justo entonces Él desea de ti los sacrificios del amor. No preguntéis por qué, sino aceptad agradecidos estos sacrificios. Las víctimas del amor son sólo las víctimas más pesadas.

Acaba de elegir ésta para mi hija Katharina. El Padre Celestial conoce la gravedad de los sacrificios de Mi querida hijita. Y, sin embargo, Él no cesa de imponerle estos pesados sacrificios. Él los controla.

¿Soportarás lo que Él desea? Tus deseos están en un campo completamente distinto. Pero podrás resistir. Entonces, cuando creas y confíes y estés en la oscuridad más profunda, entonces el Padre Celestial estará a tu lado. Entonces Él exige lo más grande.

¿Dirás entonces también: «Hágase tu voluntad y no la mía»? Esto os lo exijo a vosotros y también a mi amado pequeño rebaño. Traed estos sacrificios porque es el último momento en el que quiero salvar a muchas almas, sobre todo a las almas sacerdotales, de la ruina eterna. Para ellas estoy Yo, para ellas soy Madre y deben consagrarse a Mi Corazón Inmaculado.

Pronto os llegará la gran fiesta, el 25 de marzo, pero también el 24 de marzo es un día especial de gracia, el día del Santo Arcángel San Gabriel, el Heraldo. También él no os dejará solos; también él será el anunciador y pregonero de grandes acontecimientos.

Presta atención al tiempo que se acerca, presta atención al amor del Padre Celestial que trabaja a tu lado, que trabaja en ti y camina a tu lado. Todo lo que ocurre sucede según Su plan y voluntad. Sólo Él te ama más allá de toda medida y yo, tu Madre Celestial, puedo acompañarte en estos últimos pasos del Calvario.

Agradece al Cielo en toda medida todo el amor que te da. Te bendigo ahora con triple poder en el Dios Trino, en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Amén.

Sé bendecida, protegida y amada por tu Madre Celestial con todos los ángeles y santos. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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