miércoles, 23 de agosto de 2017

Mensaje de la Santísima Virgen María

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, Yo os bendigo.

Bendito el que ha creído.

Bendito el que obedece la voz de su Pastor.

Bendito el que ama a sus hermanos y hermanas.

Bendito el que no se engrandece.

Bienaventurado el que ve a Mi Hijo en su hermano y hermana.

Bienaventurado el que no se llama a sí mismo «elegido».

Bienaventurado el que se entrega con amor a sus hermanos y hermanas.

Bienaventurado el que ama y perdona, perdona y ama.

Bienaventurado el que cumple Los Mandamientos de la Ley de Dios.

Bendito el que se dedica al servicio de Mi Hijo en cada instante de su existencia.

Bendito aquel que protege su alma, que domina su ego humano y se acerca a la fusión permanente con su espíritu bendecido por el Espíritu Divino.

Bendito aquel que no es como el mercader fuera del Templo. Bendito el que respeta el pensamiento de sus hermanos y hermanas cuando difiere del suyo.

Bienaventurado el que tiene la Sabiduría adecuada para corregir a sus hermanos y hermanas con amor fraterno.

Bienaventurado el que no piensa que siempre tiene razón en todo.

Bienaventurado el que sabe guardar silencio en el secreto de su corazón.

Dichoso el que domina su lengua y no permite que hiera a sus hermanos y hermanas.

Bienaventurado el que no obliga a sus hermanos y hermanas a fundirse con lo Divino, sino que con Amor Divino les toma de la mano y les conduce rápidamente, pero con paciencia.

Bendito aquel que ha comprendido que el instante no es un instante y que cada día terrenal es un día más cerca del cumplimiento de las Profecías.

Bendito el que lo da todo por seguir a Mi Hijo.

Bendito el que es prudente.

Bendito el que somete su ego humano y no hiere a su prójimo.

Bienaventurado el que ha abierto su corazón al Amor Divino y, por tanto, ama a sus hermanos y hermanas en espíritu y verdad.

He derramado Mis Lágrimas, amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, Mis Lágrimas de Sangre, pues atravesando la Tierra perennemente, he recogido la sangre de los inocentes y de muchos mártires de esta generación.

He derramado Mis Lágrimas de Sangre por aquellos hijos Míos que han sido, son y serán víctimas del maltrato de algunos de Mis Sacerdotes, a los que ruego que cumplan sus votos y recen para que el enemigo no les venza. Vosotros, por ser Sacerdotes, sois acechados constantemente por muchos demonios, por lo que debéis permanecer fuertes y vivir el instante sublime de la Consagración en espíritu y en verdad. Dentro de vosotros, en vuestras manos, sostenéis y dais testimonio del Gran Milagro de la Transubstanciación.

He derramado Mis Lágrimas de Sangre por aquellos que de alguna manera desean tener dominio sobre sus hermanos y hermanas y les amenazan con perder la Vida Eterna.

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Mi Hijo es la libertad, pero vosotros sabéis bien que el libre albedrío del hombre tiende a separarse de Mi Hijo en este instante en que el mal acecha al hombre por todos los lados posibles. El mal es tan sutil que para vosotros puede pasar desapercibido, por eso debéis permanecer unidos al Espíritu Santo, suplicando discernimiento en cada paso que deis, en cada acción, en cada obra, y más aún en cada palabra que salga de vuestra boca.

Mi Maternidad no terminó al recibirte al pie de la Cruz, sino que comenzó allí, y no terminará hasta que te presente a Mi amado Hijo. Por eso Mi Palabra, que es Voluntad Divina, no se detendrá, para que el Pueblo de Mi Hijo sea consciente de cuál es la Voluntad Divina, para que no se extravíe y dé pasos en falso.

Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón:

No Creáis Que Por Ser Fieles Y Hacer Un Esfuerzo Continuo Por Ser Obedientes Y Cumplir La Voluntad Del Padre Estaréis Exentos De Los Acontecimientos Venideros.

A lo largo de todas Mis Apariciones he revelado a la Humanidad, en cada una de ellas, a qué os enfrentaréis precisamente en esta generación, en la que podéis distinguir claramente todas las Señales que os he mencionado como condición para que Mis Revelaciones se cumplan.

Sois un Pueblo Desobediente, no creéis, queréis constantemente meter el dedo en la llaga para creer; razonáis tanto que a veces os creéis tan superiores como para juzgar a vuestros hermanos. ESO NO ES CORRECTO, puesto que ninguno de mis hijos debe juzgar a sus hermanos.

La Misericordia Divina no conoce límites, pero no por ello no existe la Justicia Divina, porque el que no es verdadero, el que no se esfuerza, el que no cumple los Mandamientos, el que no tiene caridad, el que no es humilde, el que no lo da todo por seguir a Mi Hijo, recibirá su pago y no será igual que el pago que recibe el que se arrepiente conscientemente y con firme intención de no volver a pecar. Estáis viviendo un instante demasiado grave para que sigáis tomando a la ligera las Llamadas del Cielo.

ESTA Generación Probará el Cáliz Amargo de la Purificación.

La Tierra misma está en constante evolución y en su proceso de evolución ya no resiste tanto pecado del ser humano, por lo que tiembla y temblará con gran fuerza.

Os he visto participar con alegría en el Eclipse y por eso quiero que reflexionéis, que analicéis, pues veo que la alegría de servir a Mi Hijo se eclipsa constantemente, porque dais prioridad al mundo y postergáis las Peticiones de Mi Hijo.

Llamo A Toda La Humanidad Para Que Se Quite La Venda De Los Ojos, Para Que Vea La Realidad De Los SUCESOS , Para Que Conozca Y Haga Un Balance Completo Del Pecado Que Abunda En La Tierra.

Os Llamo Por La Urgencia De La PREPARACIÓN Espiritual De Cada Persona , pues como

Madre no quiero que el Aviso os alcance sin haberos arrepentido del mal cometido, sin haberos reconocido pecadores. El dolor del alma en la Advertencia será inimaginable porque nada de lo que haya cometido permanecerá oculto. Lloro porque incluso con este acto de Misericordia Divina y oportunidad para la Salvación del género humano, algunos se rebelarán y serán perseguidores de Mis hijos.

Esta indignación en la que viven algunos, esta insensatez que mantienen algunos, esta indiferencia, esta desobediencia en la que viven permanentemente algunos de Mis hijos, traspasará de dolor sus corazones, porque cuando quieran alejarse de los tentáculos del mal, no podrán salir, porque ya los habrán atrapado en ellos y lucharán con más fuerza para que sus almas no pertenezcan a Mi Hijo y para que su conciencia quede anulada y no sientan la necesidad de buscar a Mi Hijo. Como Madre, me aflijo por esto...

Hijos míos, rezad por Italia. Italia va a sufrir mucho. Italia será invadida y su corazón sentirá la fuerza del odio y de los que rechazan a Mi Hijo y de los que no Me aman.

Orad, hijos Míos, orad por España. España será golpeada ferozmente, sufrirá hasta la médula y su territorio será saqueado.

Orad, hijos Míos por los Estados Unidos. El país del águila sufrirá. La libertad que aparece con su antorcha en la mano será derribada por los que entrarán en su territorio. Su suelo temblará como temblará la mayor parte de la Tierra, pues pocos serán los días en que algún país no sienta la fuerza del temblor de la Tierra.

Rezad, hijos Míos, rezad los unos por los otros, porque llegará el instante en que nadie se sentirá seguro en su país, por eso os he llamado a la unión para que os protejáis los unos a los otros.

Rezad, hijos Míos, por Argentina, será sorprendida por gente de su propia patria, y esta tierra de Mi Corazón perderá la paz por un corto tiempo, porque aquellos que se esconden en la oscuridad saldrán a la luz.

Hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Necesitáis volver al Camino de mi Hijo...

Necesitáis luchar contra los bajos instintos, contra el egoísmo en el que camináis constantemente...

Volved a Mi Hijo, volved a Mi Hijo; esto es necesario, porque los poderes pasarán de las palabras y las amenazas a la guerra.

Yo «Como Madre De La Humanidad» Os Advierto Y Os Aseguro Mi Protección Para Que Vuestras Almas No Se Pierdan Si Cumplís La Voluntad Divina.

Sed Obedientes A Mis Llamadas; No Seáis Necios, Sed Obedientes.

Os Bendigo En El Nombre Del Padre, Del Hijo Y Del Espíritu Santo.

Madre María.

SALVE María Purísima, Concebida Sin Pecado