Revelaciones Marianas a Luz de Maria, Argentina

 

miércoles, 1 de febrero de 2017

Mensaje de la Santísima Virgen María

 

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Os bendigo, vivís dentro de Mi Corazón y necesito que latáis al ritmo de Mi Corazón.

La humanidad ha olvidado el amor, y en este instante el gran obstáculo del hombre es que no conoce el amor: el amor hacia sí mismo y el amor al prójimo. No conoce el amor y se llama a sí mismo cristiano sin conocer a fondo a Mi Hijo, obrando y actuando en contra de la Voluntad Divina, obrando y actuando según sus caprichos, produciendo palabras y obras contrarias a las enseñanzas de Mi Hijo.

¿POSIBLEMENTE Es Que En Este Instante Los Cristianos Son Diferentes De Mi Hijo? ...

¿O Es Que Mi Hijo Ha Dado Una Ley Diferente, Unos Mandamientos Diferentes, Unas Normas Diferentes Para Esta Generación?

¡Cómo os engañáis, hijos Míos! Todos sois Mis hijos, os amo a todos por igual.

¡Cómo os engañáis dándoos excusas para fomentar un comportamiento incoherente hacia las enseñanzas de Mi Hijo!

La ley del amor no ha caducado: es la misma ayer, hoy y siempre. ¡Cuántos se llaman cristianos y dicen que me aman y han formado pequeñas sectas en las que dan una interpretación diferente de la Sagrada Escritura para su propia conveniencia! Se reúnen, aparentemente para alimentarse y para ser diferentes, y no cumplen los deberes de un verdadero cristiano; no evangelizan, sino que se limitan a aparentes actos de piedad, mientras que en esencia no comulgan con el resto de la Iglesia de Mi Hijo.

Necesitáis reuniros para que en la reunión aprendáis la humildad, pues quien no es humilde es orgulloso, y el orgulloso debe inclinarse hasta que aprenda a ser humilde y a cumplir obedientemente lo que Mi Hijo exige a quien desea seguirle como verdadero discípulo.

Las estrellas iluminan el firmamento, y a vosotros se os ha dado el Espíritu Santo para que seáis la luz del mundo, pero una criatura que no vive plenamente el amor hacia su prójimo no cumple los Mandatos Divinos, no puede ser luz del mundo ni transmisor de la Palabra de Mi Hijo.

Veo cómo se han creado pequeñas células que están muy lejos de cumplir las enseñanzas de Mi Hijo, y por eso las llamo, en este instante, a enmendarse.

El HOMBRE No Ve Dentro De Sí Mismo; Le Es Más Tolerable

Mirar A Los Demás Y Criticar, Pero Sabe Que En Este Instante Debe Permanecer En Constante Alerta Espiritual.

Yo, Como Madre De La Humanidad, Os Llamo A Comprometeros Verdaderamente

COMO Hijos De Mi Hijo Y Aquellos Que Cumplen Los Mandatos Divinos.

Este instante es de máxima alerta espiritual respecto a Satanás y a todos los demonios que atacan a las almas en busca de la más mínima obra o acción indebida, para hacerlas caer en las mayores profundidades del pecado.

Hijos de Mi Corazón Inmaculado:

No podéis llamaros santos, no podéis decir que habéis alcanzado la santidad o que habéis alcanzado la salvación. Semejante arrogancia no es digna de un verdadero cristiano. Mis hijos luchan hasta el último instante de su existencia por la santidad, por la salvación, pues la salvación no es una palabra, la salvación es un conjunto de obras, de actos, de esfuerzos continuos, de cumplimientos, de hacer obediente al yo humano, de obediencia, de caridad, de esperanza, de amor al prójimo, de humildad, de fe... La FE Surge Cuando Mis Hijos Estudian En Profundidad La Vida De Mi Hijo Y En Cada Razón Que Ha Encontrado Para Mostrar Su Amor Hacia Su Pueblo Y Hacia Sus Hijos.

Cada uno de vosotros es diferente, pero no se ha dado ninguna ley o tratamiento individual, sino que una es la Ley de todo un pueblo, el Pueblo de Mi Hijo, una es la Palabra para el Pueblo de Mi Hijo y una es la Madre que Mi Hijo ha dado a Su pueblo.

Aún os falta conciencia, pues si la conciencia fuera máxima, os esforzaríais cada instante de vuestra vida por poner en práctica toda esta Lectio Divina que Mi Hijo comparte con vosotros desde hace tanto tiempo, y sobre la que me ha llamado para instruir a Su Pueblo como Su fiel discípula. Y es un hecho que esta Lectio Divina no se ha completado porque os negáis a mirar en vuestro interior y esperáis de los demás lo que deseáis para vosotros mismos; no respetáis a vuestros hermanos, juzgáis a priori sin ser Dios y os permitís pecar, como el hombre altivo y despiadado.

¡CUÁNTA FALSEDAD LLEVA CADA PERSONA EN SU INTERIOR!

¡CUÁNTA Hipocresía Habita Dentro De Esta Humanidad Privada De Valores!

Veo que la tierra sangra, sangra profundamente. Sí, la tierra sangra, sangra toda la sangre que el hombre ha derramado injustamente sobre ella, la sangre de los inocentes, sangra ante la tortura de los inocentes, sangra a causa del hombre implacable cuyo único objetivo es imponerse mediante el terror. ¡Cuánto error hay en esto y cuánta amargura lleváis hacia Mi Hijo! Pues Él vive actualmente en cada uno de vosotros, en quienes renueva su dolorosa Pasión.

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, parece que estáis a salvo, parece que os sentís seguros porque pisáis el suelo, pero ¿CUÁNTOS de vosotros estáis poniendo los pies en arenas movedizas... aunque lo ocultéis?

EN ESTE MOMENTO DEBES HACER EL MAYOR ESFUERZO POSIBLE, DEBES APROVECHAR TODA LA FUERZA CONTENIDA EN TU CUERPO, EN TU ALMA, EN TU ESPÍRITU, PRECISAMENTE PARA QUE EL ALMA SE SALVE.

Cada persona es diferente, pero debe ponerse de acuerdo con el amor que Mi Hijo os dejó, ya que el hombre que no ama a su prójimo no puede amar a Mi Hijo, con el que es uno.

Tantas luchas están surgiendo en toda la Tierra, tan grande es la confusión que existe en este instante, ¡y cuántos culpan de ello al demonio! ... No os engañéis, os falta crecer en el amor, en la fidelidad hacia Mi Hijo, os falta Fe ante las dificultades de la vida, pedís tan débilmente y dudando que vuestras peticiones se disipan por el camino.

La oración es de suma importancia, pues cuando el pueblo de Mi Hijo reza con Fe, con fuerza y con seguridad, Mi Hijo muestra Su Infinita Misericordia. Esto no significa que esta generación no vaya a ser purificada, sino que Mi Hijo responderá con Su Infinita Misericordia a los actos fervientes de súplica de Su Pueblo.

Orad amados hijos, orad por los Estados Unidos que en este instante tiene al mundo entero mirando. Orad, porque de esta tierra vendrá aflicción y dolor para la Humanidad.

Rezad amados hijos, rezad por las supuestas alianzas, rezad por los pactos firmados, por los acuerdos firmados, pues llegará el instante en que todo lo que parecía unidad se derrumbará y surgirá la peor desunión que jamás haya experimentado la Humanidad,

y las consecuencias para la Humanidad serán nefastas.

Rezad, amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, rezad para que vuestros hermanos obedezcan las llamadas de esta Madre y dejen de pretender ser amantes y cumplidores de la Ley Divina.

Los ángeles ejecutores están cerca de la Humanidad. Sed fuertes, firmes, estad decididos. Vosotros, hijos, que lucháis a cada instante de vuestra vida por permanecer fieles y cumplir los Mandatos de Mi Hijo, esforzaos, encontrad fuerza en el Alimento de la Eucaristía, reforzad vuestra oración y sed los que cumplen total y absolutamente el amor de Mi Hijo hacia todos sus semejantes. Examinaos, hijos, examinaos; debéis hacer un cambio total ya que ninguna criatura humana puede decirse a sí misma que vive en total santidad, pues los rasgos de ese «ego humano» permanecen latentes en cada uno de vosotros, no habéis alcanzado la perfección.

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado, ya sabéis que la tierra seguirá temblando, ya sabéis que la Naturaleza golpeará al mundo entero. Manteneos preparados, mirando hacia arriba, pues el hombre siempre va mirando hacia el suelo y, por tanto, no se desprende de lo mundano. Debéis mirar hacia arriba y comprometeros a ir hacia arriba, para lograr la verdadera ascensión espiritual. Esto es de la máxima necesidad para cada uno de Mis hijos en este instante, pues quien no se desprende de lo mundano no puede pretender ser más espiritual; y para salvar vuestras almas, debéis ser criaturas espirituales y más místicas.

En cada obra, en cada situación que se os presente, debéis dar una respuesta espiritual y no una respuesta puramente humana.

Ascended, hijos, superad lo mundano para ser dignos de la fortaleza necesaria para afrontar la persecución, la humillación, el martirio; pues no sólo se puede llamar mártir a un ser humano cuando es martirizado por objetos creados por el hombre. ¡Cuántos de vosotros sois martirizados diariamente por vuestros propios hermanos, por la perversidad y la falta de amor de vuestros semejantes, en vuestros propios hogares! Cuántos de vosotros sois martirizados por el arma más poderosa que tiene el hombre para martirizar y matar, para sofocar, para azotar: ¡la lengua!

Sólo aquellos que consiguen verse a sí mismos, en su propio espejo, son los que verdaderamente logran desprenderse de sí mismos y abrirse al verdadero conocimiento contenido en la Palabra Divina.

Venid a Mí, venid para que Yo os guíe: No soy más que Mi Hijo, soy la Madre de Mi Hijo, soy la Madre de cada uno de vosotros, aunque no me consideréis Madre. Venid a Mí que os guío e intercedo por vosotros. Venid a Mí, hijos, retomad el camino y proponeros la verdadera conversión.

Amaos los unos a los otros como verdaderos hermanos y hermanas, no mantengáis relaciones hipócritas.

RELACIONES Hipócritas, Sed Tan Transparentes Como El Agua Cristalina, Y Os Suplico Que Fluya De Cada Uno De Vosotros Leche Y Miel Para Los Necesitados.

Mantened encendida vuestra lámpara y no permitáis que se contamine.

Os bendigo, hijos Míos, os amo, acercaos a Mí, pues no rehusaré tender mi mano a quien me pida que le conduzca a Mi Hijo.

Madre María.

SALVE María Purísima, concebida sin pecado.

Origen: ➥ www.RevelacionesMarianas.com

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