domingo, 4 de febrero de 2018

Domingo, 4 De Febrero De 2018

Domingo 4 de febrero de 2018

Jesús dijo «Pueblo mío, en Mi vida pública pasé la mayor parte de Mi tiempo predicando y curando a la gente, tanto en sus cuerpos como en sus almas. Incluso hoy miro a la gente y veo a muchos enfermos y a personas pecadoras que necesitan curación. Vine a curar a los pecadores y a traer la salvación con Mi muerte en la cruz. Soy el Gran Sanador de los enfermos que necesitan un médico. Muchos de vosotros no os dais cuenta de lo afortunados que sois por tener buena salud, hasta que enfermáis. Rezadme por vuestra curación física. En vuestra alma acumuláis poco a poco algún pecado, y no os dais cuenta de vuestra enfermedad en el alma. Es bueno que te confieses con frecuencia, sobre todo si estás en pecado mortal. Mantienes limpio tu cuerpo, pero necesitas limpiar aún más tu alma de pecado. También ves a personas enfermas en cuerpo y alma. Algunas almas fieles pueden utilizar Mis dones de curación del cuerpo cuando tienen plena fe en Mi curación de las personas. Tus sacerdotes pueden curar a las almas en Confesión, y los sacerdotes exorcistas pueden incluso expulsar demonios en Mi Nombre. Mis fieles también pueden compartir su fe con los demás y ayudar a las personas enfermas a recuperar la salud. Visitar a los enfermos y ayudarles, es una de tus obras corporales de misericordia. Seguid rezando para que se conviertan los pecadores, y rezad para que se curen las personas que están físicamente enfermas.»

Jesús dijo «Pueblo mío, en la visión os muestro un partido de fútbol porque estáis compitiendo con la Supercopa y vuestra Celebración de Fátima. El deporte tiene su lugar, y es un buen ejercicio. El problema viene cuando vuestros hijos se ven obligados a practicar, o a celebrar partidos el sábado por la noche y el domingo por la mañana. Cuando anteponéis el deporte a Mí, estáis haciendo del deporte vuestro dios, y esto va contra Mi Primer Mandamiento. Cuando no vienes a Misa el domingo a causa de los deportes, también estás violando Mi Tercer Mandamiento. Así pues, honradme asistiendo a Misa los domingos y no hagáis dioses de los objetos ni de los juegos deportivos».