sábado, 7 de julio de 2018

Mensaje de María Santísima

(Marcos): Sí, lo haré. Sí, Mamá, lo haré.

Haré todo lo que me mande la Señora. Sí. »

(María Santísima): «Queridos hijos, hoy, cuando se cumple un mes más de mis Apariciones aquí en Jacareí a mi hijito Marcos, vengo una vez más del Cielo para deciros:

«¡Yo soy la Lluvia y el Mensaje de Paz! Soy la que viene a daros a todos la Paz verdadera, la Paz de Dios.

¡La guerra entre mi Adversario y yo se va a recrudecer!

Y todos los indecisos entre Dios y el mundo, entre la serpiente y yo, correrán el riesgo del choque de las dos fuerzas, la mía y la estrella del abismo, el choque de mi Ejército contra el ejército del mal. Correrán el riesgo de perderse precisamente porque no deciden de qué lado quieren estar. Y por eso serán presa fácil del ejército del mal.

Debes decidirte ahora por mí y por el Señor, porque ha sonado la Hora de la gran y Última Batalla entre mi adversario y yo.

Sí, ya ha sido condenado por el Señor, pero ahora será juzgado definitivamente y será condenado a cadena perpetua en el abismo infernal del que nunca podrá salir.

Sus cadenas serán indestructibles, irrompibles, y nunca podrá volver para tentar a las almas y dañar la Tierra.

Mi Victoria es segura, pero muchos no vencerán conmigo, porque no se han decidido por mí ni por mis Mensajes.

Decidíos ahora antes de que sea demasiado tarde, porque todos aquellos que no pongan su «Sí» en mis Manos, su plena confianza en mí, no soportarán el peso que traerán para todos las últimas batallas entre mi adversario y yo.

Sí, traerán el peso de grandes sufrimientos y tribulaciones. Cuando mis Secretos comiencen a suceder, la Tierra será devastada por muchos Castigos. Y el sufrimiento será tanto, tanto, que muchos no lo soportarán.

Sólo aquellos que estén firmemente anclados en mí, sólo aquellos que estén firmemente unidos a mí obedeciendo mis mensajes y siendo mis Siervos Vigilantes, mis Esclavos del Amor, podrán llegar al final.

Las Coronas de la Vida Eterna están preparadas, ¡pero sólo para los guerreros! Sólo para los que luchan conmigo ahora contra las tinieblas y las fuerzas del mal.

Las Coronas están preparadas, pero sólo para los Apóstoles.

Por tanto, sed mis Apóstoles, hijos míos, difundid mis Mensajes, multiplicad los Cenáculos y los Grupos de Oración por todas partes. Para que de esta manera, hagamos retroceder al ejército de mi Enemigo y podamos volver a conquistar almas para Dios.

Cada día mi adversario y su ejército ganan más y más terreno en el mundo. ¡Es necesario atacarle, es necesario recuperar lo que ha sorprendido del Señor! Para que verdaderamente, entonces, mi Corazón Inmaculado pueda triunfar y traeros la Nueva Era de Paz.

¡Prepárate! Porque lo que contiene el 8º Secreto está muy cerca, ¡muy cerca!

¡Rezad mucho! Porque muchas regiones de la tierra gemirán y gritarán con la aflicción de un condenado a muerte. Y verdaderamente, muchas almas por donde pasará lo que está en el 8º Secreto, muchas almas desearán no haber nacido, tan grande será su dolor.

¡Debemos rezar mucho! ¡Rezad, hijos míos! ¡Rezad!

Porque estáis en el camino de los grandes Castigos, que anuncié en La Salette a mi hijita Teresa Musco y también en Akita.

¡Rezad, haced penitencia! Porque sólo con la Oración y la Penitencia podréis alcanzar el Cielo. El Cielo, las Coronas de la Vida Eterna no se ganan con bellas palabras, sino con la Oración y la Penitencia.

Por eso, hijitos: Rezad, haced mucha penitencia, para que el perfume de la santidad salga verdaderamente de todo vuestro ser. Y entonces, que encantéis el Corazón del Altísimo y obtengáis la Salvación para vosotros y para tantos hijos míos.

Viva, hijos míos, la Virtud de la Caridad, que significa amar a Dios con todas vuestras fuerzas, con toda vuestra alma, con todo vuestro corazón.

El mundo va mal y está condenado por falta de Caridad. Porque el hombre ya no tiene amor a Dios y además ha distorsionado la Caridad, desvirtuándola y convirtiendo el amor en placeres y también en apego a las cosas mundanas, ¡el mundo va mal!

Debemos volver a la Verdadera Caridad, al Verdadero Amor: ¡que es servir, obedecer y en todo agradar a Dios!

No hay nada más importante que hacer en la tierra que salvar vuestras almas y tratar de agradar a Dios con una vida santa.

¡Rezad cada día mi Rosario, porque a través de él os transformaré cada vez más en Rosas Perfumadas de Amor!

A todos bendigo ahora con Amor, desde La Salette, desde Fátima y desde Jacareí. »