Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 12 de agosto de 2017
Mensaje de María Santísima

(Marcos): Sí, lo haré, mamá. Sí, lo haré. Esta semana he podido hacer los 4 que me pediste, ¿te ha gustado? ¡Qué bien! Y la voz del doblador, ¿también te gustó?
Sí, ¡qué bien! Haré más. Sí, lo haré.
(María Santísima): «Queridos hijos, ¡hoy os invito de nuevo a amar! Dilatad vuestros corazones al Amor Ágape rezando más, haciendo más sacrificios de amor, meditando. Y sobre todo, hijitos, combatid en vuestro interior el orgullo, que es uno de los grandes enemigos del Amor Ágape.
Cuando el hombre es orgulloso ante Dios, no reconoce su miseria, no reconoce sus propias faltas y se endurece en su voluntad, en su forma de pensar, en su orgullo, cierra su corazón al Amor Ágape. Este amor no puede entrar en el corazón que tiene orgullo, y entonces entra allí el amor de Eros que también es soberbio, que también es vanidoso y orgulloso.
Entonces, el hombre cae cada vez más profundamente en el abismo del pecado, del egoísmo, del amor y de la adoración de sí mismo, alejándose cada vez más del amor de Dios. Y hasta el punto de despreciar el amor de Dios por sí mismo, por su voluntad y por lo que quiere, por las cosas de este mundo, por las cosas mundanas.
Hijos míos, combatid pues este orgullo que es muy peligroso, primero con humildad y luego dilatando vuestros corazones al Amor Ágape haciéndoos violencia a vosotros mismos. Para que entonces podáis ensanchar más vuestros corazones, recibir más de este amor en vuestro corazón y así ser amor y dar amor a toda la humanidad, para que toda la humanidad crea que Dios es Amor, que la esencia de Dios es Amor.
Entonces los corazones de los hombres se abrirán rápidamente a este Amor, lo aceptarán, lo tendrán y finalmente este Amor que es también Mi Llama de Amor triunfará en todo el mundo.
Continuad rezando Mi Rosario cada día, a través del Rosario rezado con el corazón dilato cada vez más vuestros corazones para el Amor Ágape, el Amor Sobrenatural. Este Amor que no tiene nada de humano, que no tiene nada de terrenal.
Este Amor que viene del Cielo y que os hace no sólo amar a Dios y a Mí con Amor puro, sin interés. Sino que también ames a tu prójimo sin ningún interés, un amor puro que sólo quiere darse, sacrificarse, consumirse por amor, por la felicidad de tu prójimo, de ser amado.
Entonces serás verdaderamente Amor en este mundo sin amor y podré transformar este infierno de violencia, egoísmo, odio, deshonestidad y ausencia total de caridad en un verde jardín de Amor. Transformaré el mundo en un verdadero horno de amor.
Continúa, pues, rezando Mi Rosario, pues con él alcanzarás rápidamente el Amor Sobrenatural, el Amor Ágape y cuando esto suceda Mi Triunfo, Mi Corazón triunfará verdaderamente, Mi Triunfo sucederá.
A ti, mi querido hijo Carlos Tadeu, que hoy estás de nuevo aquí en mi casa y en mi presencia, te digo: Te quiero mucho Mi amado hijo, no puedes imaginar la alegría que supone venir aquí a mi casa para estar conmigo.
Sí, en este mismo momento muestro a Mi hijo Marcos 358 espadas de Dolor a Mis pies, tomadas por vosotros aquí esta tarde. La mayoría de estas espadas fueron tomadas principalmente por almas consagradas que fueron amadas por Dios y por Mí con un amor de predilección mucho mayor que otras y favorecidas con muchas más gracias.
Y ellos, que deberían darnos más amor y obediencia, clavan estas espadas en Nuestros Corazones con su indiferencia, con su desobediencia, con su vida de pecado.
Tú, hijito mío, haces más que ellos y Me amas más que ellos, por eso tu amor Me quita todas las espadas de Dolor que ellos atraviesan. Y te dan incluso grandes méritos en el Cielo que aumentarán enormemente tu gloria, tu gozo y el disfrute de la divinidad.
Hoy te lo digo solemnemente: En Nochebuena, cuando traje al Salvador al mundo, lloré, lloré mucho, no sólo por traer al Salvador al mundo en tal pobreza en la cueva de Belén. Sino que lloré porque en aquel momento vi a toda la humanidad y a todas las almas que a pesar del sacrificio de Mi hijo nacido en tal pobreza no Le amarían, no Le adorarían, no Le seguirían, no Le servirían.
Y lloré, lloré especialmente por las almas que, a diferencia de Mi hijo, despreciarían la santa pobreza y sólo buscarían las riquezas, los placeres y la administración de este mundo despreciándole a Él y despreciando la Cruz.
Entonces Mi hijo Jesús me mostró en visión en la cueva de Belén a vosotros orando y amándome tanto, amando a Mi hijo con tanto afecto y amor. Y la visión de tu amor, de tu futura obediencia consoló Mi Corazón.
Sí, hijo Mío, consoló tanto a Mi Corazón y al Corazón de Mi hijo Jesús, que al verte en esa visión también dejaste de llorar Conmigo. Mi consolador sigue consolando Nuestros Corazones con su amor y no se detiene por nada.
¿Ves ahora cuánto te amo? ¿Cuánto te amo? Te di por hijo al que Yo mismo elegí y abracé dejándome fotografiar y ver por Mis hijos de todo el mundo. Este hijo Mío, Marcos, a quien abrazo con tanto Amor, es Mi consuelo, Mi última esperanza. Aquel en quien descansan no sólo Mis esperanzas, sino también las grandes profecías de Mi Corazón.
Este hijo que es Mi Ángel consolador en la Tierra es el que te di como hijo, mostrándote verdaderamente cuánto te amo y cuánto te he honrado.
Ama, porque el precioso hijo que te di, te ama mucho, no te lo puedes imaginar. Si un día abriera su pecho y dejara salir las llamas del amor que te tiene, te reduciría a cenizas en el mismo instante.
Sí, verdaderamente si fuera fuego natural te consumiría. Déjate amar por este amor Ágape que pongo en él para ti, para que puedas sentir verdaderamente mi amor. Y luego, lleno de Mi Amor irradia también Mi Amor a todos Mis hijos que aún no Me conocen y por eso sufren vagando en este mundo.
Os quiero mucho y por vosotros hago locuras de Amor. No temáis lo que os ha sucedido, el accidente que os ha ocurrido, esto es obra de la furia de Mi enemigo. Pero la Madre del Cielo está atenta con los Santos cuidando de ti. Te permitió ver cuánto odio te tiene y cuánto bien estás haciendo, porque sólo odia a los que verdaderamente salvan almas y están destinados al Cielo.
Así que, hijo, sigue adelante y no tengas miedo, Yo te guardaré y te defenderé con mucha más vehemencia que la leona defiende a su hijita.
Te bendigo y bendigo a todos Mis hijos que han venido a consolarme hoy que tanto amo Lourdes, La Salette y Jacareí».
(San Genesio): «Queridos hermanos Míos, Yo, Genesio, me alegro de venir hoy por primera vez con la Madre de Dios. Os quiero mucho, os guardo y os protejo siempre de todo mal.
Os protejo y os defiendo de todas las asechanzas de Satanás, así que no tengáis miedo, al final el Corazón Inmaculado de la Madre de Dios triunfará y todo el poder del infierno será finalmente roto y destruido.
Amad el Amor y vivid este amor perfecto dando a la Madre de Dios y al Señor la respuesta amorosa de vuestros corazones para que entonces este amor triunfe en el mundo a través de vosotros.
Amad al Amor expandiendo vuestros corazones hacia este Amor y dejando que este Amor reine en vuestros corazones. No tengáis miedo del Amor de Dios ni de ser amados por Él ni de amarle, porque este Amor que al principio exige realmente: renuncia, conversión, cambio de muchas cosas en vuestra vida, finalmente os conduce a la verdadera y completa paz del corazón y a la total santificación de vuestras almas.
Amad el Amor, sin miedo, para que este Amor que es la Llama de Amor de la Madre de Dios pueda finalmente realizar en vuestros corazones la gran transformación que Ella tanto espera de almas llenas de amor Eros, en almas llenas de Amor Ágape, que como llamas ardientes de amor incendiarán el mundo entero.
Y seguid rezando el Rosario todos los días, pues quien lo rece nunca será vencido por Satanás. Y el alma que reza el Rosario nunca será esclavizada por él.
Nunca se ha oído decir al demonio que ha triunfado sobre el alma que reza el Rosario y nunca se le oirá, porque cuando el alma reza el Rosario Satanás le tiene miedo y sacude todo el infierno. Rezadlo, cuanto más recéis el Rosario más seréis amados por la Madre de Dios y por Nosotros desde el Cielo.
Os bendigo a todos y especialmente a ti Mi amadísimo Carlos Tadeo, a quien tanto amo y también protejo y defiendo. No te preocupes por lo que te ocurrió, esto te fue permitido como confirmación de que eres verdaderamente de la Inmaculada, si no fuera por el demonio no te molestaría.
Al contrario, haría lo que hace con los pecadores, te ayudaría, te favorecería, te facilitaría todo.
Pero como eres de la Inmaculada que te odia y a veces te ataca, pero no estés mucho más vigilante que un padre sobre su hijo, Nosotros los del Cielo, estoy contigo, y no dejaré que ningún mal prevalezca sobre ti. Eres fuerte, permanece fuerte en el amor de la Inmaculada y con ella siempre tendrás la victoria.
Yo también soy tu protector, soy tu guardia personal que junto con los demás Santos te acompaño. ¿Por qué tienes tantos Santos que te custodian? Porque estás destinado a grandes cosas y eres el Padre de aquel que es toda la esperanza de la Santísima Virgen y que es el hijo de sus profecías. Por tanto, debes contar con toda nuestra protección para que realmente puedas cumplir una misión tan grande que finalmente derribes el imperio infernal y hagas triunfar al Corazón Inmaculado.
Te amo y te bendigo y también te amo y te bendigo Mi amado Leandro, soy tu santo protector, te guardo, nunca te abandono, todo lo que necesites viene a Mí, pídemelo y ofreceré Mis méritos al Señor por ti y te obtendré todas las Gracias.
A todos bendigo con amor desde Roma, Jerusalén y Jacari».
(Marcos): «Hasta mañana, hasta pronto mamá. Hasta pronto, querida Génesis».
Orígenes:
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.