Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 2 de julio de 2017

Mensaje de São Celso

 

(San Celso): Queridos hermanos, yo, Celsius, siervo del Señor y de la Madre de Dios, ¡me alegro de venir hoy con ella!

Os quiero, os quiero mucho, os protejo, soy también defensor de este lugar, de nuestro querido Marcos Tadeo, de su padre espiritual Carlos Tadeo y de todos los que difunden y obedecen los Mensajes de la Madre de Dios.

Os amo y vengo del Cielo para deciros: Amad, amad más al Sagrado Corazón de María dándole vuestro amor, vuestra obediencia, vuestra perfecta correspondencia a todo lo que Ella os pide en sus Mensajes aquí.

Ama más al Sagrado Corazón de María haciendo todo lo posible para dar a este corazón alegría, satisfacción, contento, buscando dedicarte cada vez más a Su servicio con amor.

Ama más al Sagrado Corazón de María renunciando a tu tibieza, que tanto hiere al Corazón de María, porque la tibieza es una forma de desprecio del amor de Dios.

El alma es amada por Dios, es amada por la Madre de Dios, se acumula con gracias para ellos, se acumula incluso con mimos espirituales, se acumula con bendiciones y tesoros. Y el alma corresponde sólo con frialdad, con indiferencia, con tibieza haciendo todo sin amor, sin entusiasmo, sin celo, sin ardor por Dios.

Este desprecio hiere tanto al Sagrado Corazón de Jesús como al Sagrado Corazón de María. Por tanto, renuncia a la tibieza, que es una ofensa muy grave al amor de Dios.

Lucha contra la tibieza rezando más, haciendo cada día algo más por el Señor y por la Madre de Dios, ensanchando así tu corazón para que arda más en llamas de amor a Jesús y a María. De este modo, preservarás verdaderamente tu corazón de la tibieza, que si no se combate al principio se convierte en un cáncer y cuando el alma intenta extirparse este cáncer de sí misma ya será demasiado tarde.

La tibieza ya habrá llevado al alma a caer en algún pecado mortal y entonces será demasiado tarde.

La tibieza conduce a la obstinación y ésta a la impenitencia final. Por tanto, ten cuidado, lucha contra la tibieza y haz nuevos esfuerzos cada día para ser más ardiente en el amor a Dios y a Nuestra Santa Reina.

Amad más al Sagrado Corazón de María, haciendo todo lo posible por corresponder a la altísima gracia y misión que Ella vino a daros y revelaros.

Sí, la gracia de estar aquí es verdaderamente la mayor de todas después de que el Verbo se hizo carne, nunca la Madre de Dios ha derramado tantas gracias como aquí. ¿Y cómo podéis ser tan fríos, tan indiferentes y permanecer en tal pobreza espiritual a pesar de estar aquí en la mayor fuente de gracia para la humanidad?

Ah, queridos hermanos, ¡esto no puede ser! Desterrad, pues, de vuestro corazón la tibieza, la laxitud, la indiferencia, la pereza, la soberbia y el orgullo y todos esos defectos que os impiden vivir esta gracia, corresponder a esta gracia y dar los frutos de esta gran gracia.

Amad más al Sagrado Corazón de María, aceptando la misión que os da aquí: luchar con Ella para salvar a muchas almas y establecer su reino en el mundo. Así, Cristo reinará también en todos los corazones.

Si hacéis esto, triunfará verdaderamente el Sagrado Corazón de María y entonces su amor unido al vuestro renovará la faz de toda la tierra, transformándola en un gran horno místico de amor al Señor.

Renunciad a toda distracción en la oración, renunciad a todo orgullo, reconoced vuestras faltas, humillaos ante Dios y entonces Él os perdonará.

Leed cada día un fragmento de la vida de un Santo. No os pongáis al sol antes de haber rezado el Rosario y leído el capítulo de la vida de un Santo.

Porque si no haces esto, en poco tiempo la luz de la fe y de la gracia empezará a debilitarse y a desaparecer en ti. Y entonces entrarán en vuestras almas las tinieblas de la apostasía y toda clase de males.

Tratad cada día de cultivar y acrecentar en vosotros el verdadero amor al Sagrado Corazón de María, haciendo el ejercicio de renunciar a vuestra voluntad y hacer la suya, muriendo por vosotros mismos para poder vivir, luchar y amar sólo a Ella.

Entonces crecerá en vosotros la llama del verdadero amor a Ella y también al Señor. Convertíos rápidamente, pues el tiempo llega ahora verdaderamente a sus últimas marcas. No hay más tiempo que perder ahora que estáis en la última media hora del gran día antes del regreso del Señor.

Debéis convertiros rápidamente y ayudar a vuestros hermanos a hacer lo mismo. Propagad por todas partes los Mensajes de la Madre de Dios haciendo los Cenáculos y Grupos de Oración que Ella pidió y dad a todos los Rosarios Meditados, Horas de Oración y Películas de este lugar.

Deseo que entreguéis estas palabras de la Madre de Dios a todos nuestros hermanos y hermanas. Por eso quiero que des a 9 personas esta película de La Codosera y Ezquioga ( Voces del Cielo #22) que Nuestro amado Marcos te dio aquí, hizo para ti aquí. Que tantas veces te ha pedido la Madre del Cielo, pero que tantas veces no has obedecido.

Deseo que también entregues a 9 personas la Película Voces del Cielo 7. La gente debe conocer más Pontmain y vivir el Mensaje que la Madre de Dios dio allí: más oración para tocar el corazón de Jesús, para que entonces terminen los castigos y las guerras y el mundo conozca un nuevo tiempo de paz.

También deseo que regaléis a 8 personas el Rosario Meditado 229 y 299, 9 (nueve) de cada uno. Para que Nuestros hermanos y hermanas recen estos Rosarios, conozcan y mediten los Mensajes contenidos en ellos y aceleren así su conversión.

También debéis dar la Hora de los Santos n. 18 para que verdaderamente todos Nuestros hermanos y hermanas conozcan estas Horas, las recen y así den verdaderamente al Señor y a la Madre de Dios los frutos de los Mensajes contenidos en esta Hora de los Santos que os he pedido.

De este modo seréis los verdaderos apóstoles de la Madre de Dios y amaréis verdaderamente al Sagrado Corazón de María con un amor vivo, intenso, activo, esforzado, trabajador. Y así, verdaderamente muchas almas se convertirán y triunfará el Sagrado Corazón de María en todo el mundo.

Rezad el Rosario todos los días, porque con él seréis grandes santos como yo en el Cielo y allí os abrazaré y pondré sobre vuestras cabezas una hermosa corona de gloria imperecedera formada por todos los Rosarios y Avemarías que hayáis rezado en la tierra.

Sí, rezad el Rosario, porque como dijo muy bien Nuestro amado Marcos Quien no reza el Rosario se arroja al infierno sin ayuda de los demonios.

¡Rezad, rezad mucho!

Yo, Celso, os bendigo ahora con la Madre de Dios de Montichiari, Lourdes y Jacareí».

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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