Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 30 de abril de 2017
Mensaje de María Santísima

Queridos hijos, hoy os invito a todos a expandir vuestros corazones a Mi Llama de Amor rezando el Rosario de Mis Pastorcitos que Mi hijito Marcos compuso y grabó para vosotros, durante todos los días que aún faltan para el centenario de Mis Apariciones en Fátima.
Para que entonces, siguiendo su ejemplo, vuestros corazones se ensanchen más a Mi Llama de amor, que quiero comunicar a vuestras almas en el Centenario de Mis Apariciones, como hice con Mis Pastorcitos hace exactamente cien años.
A los que ensanchen más sus corazones les daré Mi Llama de Amor. A los que ensanchen menos, les daré menos. Que cada uno dilate más su corazón con más oraciones, sacrificios, meditación, para que entonces Mi Llama de Amor encuentre espacio en vuestros corazones.
En estos tiempos en que la apostasía avanza implacable y cada vez más almas pierden no sólo su amor a Dios, sino incluso su propia fe, aquí en este lugar, en Mi fortaleza invencible de oración y amor construida por Mí, con la ayuda de Mi pequeño hijo Marcos, de todos los Rosarios, oraciones que hizo por Mí. De las películas, escenarios y meditaciones...
Sí, aquí quiero formar verdaderas almas de fuego puro para Dios, para Mí y hambrientas de celo por la salvación de las almas. Quiero que estas almas se unan a Mí y a mi hijito Marcos, para que seamos realmente la última luz que queda en la tierra, la última llama que aún arde e ilumina en medio de tanta oscuridad.
Si Mis hijos hacen esto de verdad, Mi Corazón Inmaculado triunfará desde este lugar y esparcirá Mi Luz Mística por toda la Tierra.
Que veléis y recéis porque el demonio, vuestro enemigo, enemigo vuestro, anda por ahí buscando a quién devorar. A quien flaquea en la oración, en la meditación, en la vigilancia, a quien se enfría y desanima en el sacrificio, a quien desanima en la práctica diaria de dilatar más sus corazones a Mi Llama de Amor rezando más y haciendo siempre algo más por Dios y por Mí, a éstos devorará el demonio.
Así pues, hijos Míos, velad y rezad incansablemente para que no seáis del número de los que desgraciadamente serán devorados por Mi enemigo por no haber velado y rezado.
Rezad, rezad y rezad porque este año caerá sobre el mundo un gran Castigo si los hombres no rezan. Si hay suficiente oración y penitencia esto puede ser cancelado.
Rezad para consolar a mi Corazón doliente y sangrante porque cada hora que pasa veo que un alma más se enfría en el amor a Mí y al Señor y se aleja de Mí perdiéndose en el mundo.
Sigue rezando Mi Rosario cada día, ¡quiero amor, busco amor! ¡Dame amor y entonces me lo habrás dado todo, me lo darás todo y lo serás todo!
A todos bendigo con Amor desde Fátima, Montichiari y Jacareí».
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