martes, 24 de enero de 2017

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito a todos de nuevo al amor perfecto a Dios.

«Tened el verdadero amor a Dios que está hecho de obras de amor perfecto, vivid Mis Mensajes que os enseñan el camino al Cielo, pues fue con gran amor que vine a darlos.

Mi Corazón siente un gran dolor porque muchos de Mis hijos no acogen Mis Mensajes con amor.

Si Yo hubiera dado tantos Mensajes Aquí hay tan pocos que Me escuchan, Me acogen y Me obedecen imagínate si Yo no hubiera dado tantos Mensajes. Por eso Mi Corazón sigue buscando almas que Me respondan que sí.

Vivid Mis Mensajes y continuad difundiendo Mis llamadas maternales dadas principalmente en Bonate, en Casanova Staffora, en Fátima y también aquí. Para que Mis hijos de todo el mundo conozcan Mi Amor, vivan Mi Amor y así triunfe en todo el mundo Mi llama de Amor.

A todos bendigo con amor ahora desde Fátima, Montichiari y Jacareí».

(Santa Irene): «Queridos hermanos, yo, Irene, me alegro de que hoy vengo del cielo con la Madre de Dios para bendeciros una vez más.

Queridos hermanos, como os amo a cada uno de vosotros, como os protejo y os guardo a cada uno. Vivid el verdadero amor a Dios, un amor que se traduce en sacrificios por Dios.

Si amáis a Dios, si amáis a la Madre de Dios, cada día os sacrificaréis por ellos. Así conoceréis a los que aman de verdad a Dios y a Su Madre y a los que no los aman.

Los que os aman aceptan cualquier sacrificio por ellos para complaceros, para serviros, para obedeceros y también para darles contento y satisfacción.

Que tu amor sean obras de amor, menos palabras, más obras de amor, más meditación, más silencio. Y, sobre todo, renunciad a las cosas mundanas y a todo lo que aleje vuestras almas del amor de Dios y de la Madre de Dios».

Sed enérgicos al renunciar a todo lo que impide la acción de la Llama de Amor de la Madre de Dios en vuestros corazones. Cuando apartéis de vuestros corazones estos obstáculos al amor de Ella y del Señor.

Cuando aprendáis también a decir no a vuestra propia voluntad, entonces triunfará en vosotros el amor de Dios y de Su Madre.

Deseo que recéis durante nueve días seguidos, como una novena, la Hora de los Santos nº 28. Rezadla para que vosotros, mis queridos hermanos, crezcáis cada vez más en la verdadera santidad que Dios espera y quiere de vosotros».