Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 21 de enero de 2017
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito a todos a difundir más ampliamente Mis Mensajes de Fátima. Aunque en Fátima hay un gran Santuario en Mi honor, mucha gente todavía no obedece Mis Mensajes de Fátima y el Mensaje de Fátima no se divulga, no se vive como quiere Mi Hijo Jesús.
Por eso sangran Nuestros Dos Corazones, sangran porque no se obedece el Mensaje de Fátima. Hace 100 años que di Mis Mensajes en Fátima y hasta hoy la mayor parte de la humanidad no los conoce, el Santuario de Fátima pide reparación.
Por tanto, difundid más ampliamente Mis Mensajes de Fátima, especialmente a través de las dos películas muy completas y buenas que Mi hijito Marcos hizo para Mí, para que comprendáis cuánto ha sido despreciado el amor de Mi Madre durante cien años. Y cuánto es despreciado Mi Corazón todavía hoy, porque Mis Mensajes de Fátima, de la Cova da Vía no son obedecidos ni dados a conocer a mis hijos.
Os pido a todos que os levantéis y difundáis Mis Mensajes para que por fin triunfe Mi Corazón Inmaculado, como dije hace cien años. Y pueda por fin transformar el mundo en Mi reino de Amor.
Seguid rezando cada día Mi Rosario Meditado, porque el Rosario Meditado que Me hace Mi hijito Marcos es lo que más Me complace, porque en él Mis Mensajes llegan por fin al corazón de Mis hijos y sienten la necesidad de amarme, de consolarme, de consolar a Mi hijo Jesús, de reparar y desintegrar.
Continuad con todas las oraciones que os he dado aquí.
A todos bendigo con amor ahora desde Fátima, Lourdes y Jacareí».
(San Gerardo): «Queridos hermanos y hermanas míos, yo Gerardo, vengo hoy de nuevo del Cielo para deciros: Grande es el amor de Dios que os ha elegido y os ha traído aquí.
«Dios os ha elegido con amor supremo y con Su poderosa Gracia os ha traído aquí, donde vuestras almas están verdaderamente iluminadas, llenas de gracia y salvadas.
Elegid este amor que os ha elegido, para que un día este mismo amor que debe ser para vosotros la causa de la salvación, no se convierta en el motivo de vuestra condenación.
Rezad cada día mi Rosario para que Yo llene vuestras vidas de gran gracia.
Imitad Mi gran amor por el Rosario, yo rezaba unos 50 Rosarios al día, rezad más el Santo Rosario y veréis cuántas y cuántas gracias os dará Dios.
Me ocupaba de mis obligaciones en el convento y rezaba muchos Rosarios. El Rosario, el Rosario fue la escalera luminosa que me subió al cielo. Subid también vosotros por esta escalera y veréis cómo un día os llenaréis de alegría, de felicidad en el Cielo y veréis brillar en gran gloria todos los rosarios que habéis rezado con amor.
A todos os bendigo desde Muro Lucano, Mater Domini y Jacareí».
(Santa Lucía): «Queridos hermanos Míos, yo, Lucía, os invito hoy de nuevo: Abrid vuestros corazones a Dios mientras sea tiempo.
El tiempo de la espera de Dios está terminando, y pronto, cuando se cierre la puerta de la Misericordia, nadie podrá encontrar ni sentir el amor de Dios que ahora se os da abundantemente a todos vosotros aquí a través de las Apariciones de la Madre del Señor.
¡Ah, queridos hermanos! Abrid vuestros corazones, pues ahora es verdaderamente el momento de la gran batalla final. Y aquellos que no tengan sus corazones verdaderamente llenos de la llama de amor de la Madre de Dios, no perseverarán.
Como en Oliveto Citra, muchos han sido llamados por la Madre de Dios Aquí, pero no todos perseverarán. Sólo permanecerán fieles quienes sean capaces de creer profundamente y amar profundamente a la Madre de Dios.
Los que no tengan el corazón abrasado por la llama del amor de la Madre de Dios a causa del respeto humano, de las cosas mundanas y de los placeres, acabarán traicionándola y traicionando el amor de Dios.
Por eso os digo: cultivad y aumentad vuestra fe y vuestro amor, no sólo rezando más, sino, sobre todo, renunciando cada día a vuestra voluntad y esforzándoos cada vez más por hacer la voluntad de la Madre de Dios.
Cread en vosotros los mismos sentimientos que los Santos tenían hacia Ella, para que podáis amarla de verdad con la verdadera santidad y pureza de amor que Ella desea de todos vosotros.
Rezad a menudo Mi Rosario para que Yo suscite en vuestros corazones la llama del verdadero amor y pueda hacer de vosotros verdaderas llamas incesantes de amor.
Rezad a menudo los actos de amor que se os han dado aquí y buscad también cada día hacer por la Madre de Dios algo más de lo que ya hacéis. Para que realmente cada día crezca en vuestros corazones la llama del verdadero amor.
Os bendigo a todos con el amor de Siracusa, Catania y Jacari».
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