sábado, 23 de junio de 2018

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

Hoy Jesús apareció majestuoso y radiante. Tenía una mirada seria, pero de una belleza extrema. Los ojos de Jesús se clavaron en los míos y me dijo en tono autoritario

¡Paz a tu corazón, hijo mío amado!

Hijo mío, vengo a pedirte a ti y a todos reparación y arrepentimiento sincero, porque mi Sagrado Corazón está herido y sangrando a causa de la dureza de los corazones, corazones fríos e incrédulos, que desprecian los mensajes y la presencia de mi Madre Inmaculada aquí y en muchos lugares del mundo.

Ay de los hombres, si mi Madre no hubiera venido al mundo para reunirlos en oración. Hace tiempo que habrían sido castigados por mi justicia, que es grande y pesa tremendamente sobre el mundo. Reza, hijo mío, reza y repara los terribles pecados y ofensas con que los pecadores ingratos me ultrajan y hieren a cada instante, en muchas iglesias, ante muchos altares, viniendo a recibirme en pecado mortal. Almas negras y sucias, por los terribles pecados, porque no se arrepienten, no se confiesan más, por los muchos Ministros que ya no son luz para muchas de ellas, sino motivo de escándalos, confusiones y muchos otros pecados.

Reza por los Ministros infieles y orgullosos que ya no se preocupan del bien de sus ovejas, sino sólo de sus cuerpos, de sus deseos y pasiones desenfrenadas, del dinero y de sus intenciones pecaminosas.

Lleva mi amor a tu corazón y dáselo a quien desees y a quien lo necesite. Siempre estoy a tu lado para ayudarte e iluminarte con mi gracia y mi luz. Los tiempos son duros y verás que las tinieblas y el pecado son acogidos en mi Iglesia como cosas buenas y santas, no te dejes engañar, sino abre la boca, denuncia e instruye a todos que Yo soy el único Señor del Cielo y de la Tierra y que mis Mandamientos y enseñanzas no cambian ni cambiarán nunca.

Haz saber a todos que un día vendré a juzgar a todos por sus actos, abriré el libro de sus vidas para juzgarles por lo que hayan hecho o dejado de hacer. Lucha, hijo mío, por el reino de los cielos, lucha y trabaja para que mi reino de amor y de paz triunfe en la vida y en el corazón de muchos de tus hermanos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Inmediatamente después, Jesús volvió a mirarme y dijo

Te he llamado, te he elegido para que hables, para que seas testigo de mi amor y de mi presencia ante todos. No calles, habla sin miedo y con valentía. Yo estoy contigo y sólo Yo seré tu fuerza, tu consuelo, tu refugio constante.

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, te ayudaré y te sostendré con la diestra de mi justicia.

He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; se convertirán en nada, y los que contienden contigo perecerán.

Los buscaréis, pero no los hallaréis; los que contienden con vosotros se convertirán en nada, y como cosa que no es nada, los que guerrean con vosotros.

Porque yo, el Señor, tu Dios, te tomo de la mano derecha y te digo: No temas, yo te ayudaré. Isaías 41:10-13

El Señor dijo en visión a Pablo: No temas, habla y no calles, porque yo estoy contigo, y nadie te pondrá las manos encima para hacerte daño, pues tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y permaneció allí un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.

Hechos 18:9-11