Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
jueves, 2 de marzo de 2017
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!
Hijos míos, Yo vuestra Madre os llamo a Dios. Deseo conduciros al Corazón de mi Hijo Jesús, pero muchos de vosotros cerráis vuestros corazones al amor de mi Hijo y a mi amor maternal, pecando y siendo desobedientes.
Cambiad vuestras vidas, hijos míos, Dios no desea ver pecado en vuestras almas ni falta de amor en vuestros corazones. Desea ver vuestras almas resplandecientes de gracia y vuestras vidas llenas de buenas obras y de frutos de conversión.
Rezad a diario. Que en vuestras familias se rece el rosario con más empeño y más fe. Los tiempos serán cada vez más difíciles para los que no se decidan por Dios. Interceded por la conversión del mundo, porque muchos de mis hijos ya no pueden distinguir entre su mano derecha y su mano izquierda, porque se han dejado engañar y cegar por Satanás.
Os bendigo siempre, para que vuestros corazones y vuestras vidas se llenen del amor y de la luz de Dios. Llevad mis mensajes a vuestros corazones. Este es el momento de dedicaros al Reino de los Cielos, pero llegará el día en que muchos ya no dispondrán de este tiempo, pues Dios actuará y todo y todos temblarán ante Su Santísima Presencia.
Hijos míos, ¡despertad! Es hora de despertar para aprender a perdonar y a amar. En el amor y en el perdón reside el misterio de la santidad. Amad y perdonad para ser los santos del reino de mi Divino Hijo.
Os amo y os bendigo con mi bendición maternal. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de partir, la Santa Madre miró varias partes del lugar donde se manifiesta.
Su bello rostro se entristeció y, mirándome, dijo en tono apenado pero majestuoso
Los que vengan a este lugar santificado por la presencia de mi Divino Hijo y de mi Madre a profanarme y ultrajarme a mí y a mi Hijo, si no se arrepienten y reparan sus terribles pecados y crímenes, no irán al cielo, sino a las llamas del infierno a hacer compañía a Lucifer y a todos los demonios.
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