jueves, 22 de febrero de 2018

Jueves, 22 De Febrero De 2018

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "No vengo a ti para asustarte, sino para animarte. Veo en cada corazón de toda la creación. Nada está oculto para Mí. Hay complots y agendas en el corazón del mundo que Yo desenmascararé. Esto forma parte de Mi Dominio sobre el corazón del hombre».

"En estos días, la violencia que se apodera de los corazones es un signo de lo que está por venir. La manifestación pública del mal en ambientes inverosímiles, como las escuelas, es una señal de que lo que cuenta es lo que hay en los corazones. Lo que el hombre elige como Verdad se refleja en el mundo que le rodea. Como soy la Luz de la Verdad venida a la Tierra, insto a cada alma a volver a la Verdad, que es siempre Amor Santo. Sólo miro los corazones y sólo juzgo lo que consume el corazón».

"Veo muchos corazones en la política, los medios de comunicación, la economía y más que se oponen a Mi Victoria de la Verdad. La vida humana ha perdido importancia. Todo esto comenzó con el compromiso de la Verdad en el aborto. Este es un largo camino de vuelta a la realidad de la Verdad».

"Por favor, digerid Mis Palabras para vosotros en vuestros corazones. Permitid que vuestros corazones cambien en este momento presente».

Lee 1 Juan 3:19-24+

Así sabremos que somos de la Verdad, y tranquilizaremos nuestros corazones ante Él siempre que nuestros corazones nos condenen; porque Dios es más grande que nuestros corazones, y Él lo sabe todo. Amados, si nuestros corazones no nos condenan, tenemos confianza ante Dios; y recibimos de Él todo lo que pedimos, porque guardamos Sus Mandamientos y hacemos lo que Le agrada. Y éste es Su Mandamiento: que creamos en el Nombre de Su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros, tal como Él nos ha mandado. Todos los que guardan Sus Mandamientos permanecen en Él, y Él en ellos. Y por esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.