miércoles, 30 de agosto de 2017

Miércoles 30 De Agosto De 2017

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Yo soy Dios, Padre del pasado, del presente y del por venir. Hablo de nuevo a un mundo sin precedentes en la aceptación del pecado. El mayor pecado del mundo actual es el pecado de la indiferencia respecto a lo que es bueno y lo que es malo. Esta indiferencia ha dado sabor a las opciones del corazón del mundo. Es fácil ver el mal en un líder que muestra indiferencia por la paz y la seguridad mundiales. Sin embargo, la Verdad del ascenso al poder de alguien así reside en la indiferencia hacia el discernimiento entre el bien y el mal."

"Hago un llamamiento a los líderes con buen juicio y normas morales para que se unan en oposición a los gobiernos malvados. Si lo hacéis, podéis confiar en que reforzaré vuestros esfuerzos. No os dividáis por ambición política. Si no se hace frente al liderazgo malvado y se le opone, de todos modos no tendréis carrera política que seguir."

Lee 1 Macabeos 2:61-64+.

Y observad, de generación en generación, que no faltará fuerza a ninguno de los que en él confían. No temas las palabras de un pecador, pues su esplendor se convertirá en estiércol y gusanos. Hoy será exaltado, pero mañana no se le encontrará, porque ha vuelto al polvo, y sus planes perecerán. Hijos míos, sed valientes y fortaleceos en la ley, pues con ella ganaréis honor.

Lee Eclesiástico 10:1-5+.

Un magistrado sabio educará a su pueblo

y el gobierno de un hombre comprensivo será bien ordenado.

Como el magistrado del pueblo, así son sus funcionarios

y como el gobernante de la ciudad, así son todos sus habitantes.

Un rey indisciplinado arruinará a su pueblo,

pero una ciudad crecerá gracias a la comprensión de sus gobernantes.

El gobierno de la tierra está en manos del Señor

y él levantará sobre ella al hombre adecuado para el momento.

El éxito de un hombre está en manos del Señor,

y él confiere su honor a la persona del escriba.