lunes, 24 de septiembre de 2018

Llamada urgente de Dios Padre a Su pueblo fiel. Mensaje a Enoc.

La tribulación que se avecina, nunca se ha visto en la Tierra.

Mi paz sea contigo, Pueblo mío, heredad mía.

Mi pequeño instrumento, el tiempo de mi Misericordia está a punto de consumirse ya, sólo falta mi Advertencia y el Milagro, para que mi Misericordia dé paso a mi Justicia. En la medida en que mi Misericordia va terminando, mi Justicia también se va manifestando, todos los elementos de mi creación que están en calma, con la llegada de mi Justicia, comenzarán a despertar. La furia de la naturaleza y la agitación del universo están a punto de comenzar, cuando mi Misericordia dé paso a mi Justicia, sabréis, habitantes de la tierra, que han llegado los días de la Gran tribulación.

Por el momento todo está en tensa calma y esto hace que muchos sigan creyendo que no ocurrirá nada. Mi creación se agita en algunos lugares, como una llamada a la humanidad para que se prepare, pero no, esta humanidad no presta atención a las señales y a los signos que se dan diariamente. Mi creación se agita, mi tierra se agrieta y se abre en muchos lugares y desde el cielo se manifiestan grandes señales, pero a esta humanidad todo le parece normal. Muy pronto, todo se desatará y allí entrarán en pánico y se darán golpes en el pecho y será demasiado tarde para muchos.

Humanidad ingrata y pecadora, se acercan mis días de Justicia Divina, ¿Quién podrá resistir los días de mi Justa Ira? ¡Sólo aquellos que escuchen mi Voz y pongan en práctica mis Preceptos serán los únicos que podrán resistir el paso de mi Justicia! De nuevo os digo: volved a Mí, antes de que se desate mi Justa Ira; ¡porque en el tiempo de mi Justicia, no os oiré! No os hagáis los sordos, prestad atención a mis llamadas porque serán vuestra salvación mañana; No os hagáis los ciegos, prestad atención a las señales y a los signos que el cielo y la creación os están dando, porque anuncian que este mundo, tal como lo conocéis, está a punto de pasar. No sigáis dejando vuestra conversión para el último momento, porque os recuerdo que no vais a tener tiempo; dejad vuestra obstinación y volved cuanto antes a Mí. Te hablo como Padre, escucha; responde a mis llamadas porque como padre no quiero tu muerte, sino que vivas eternamente.

Humanidad de cuello tieso, comprende que como Padre Me duele ver a mis criaturas perdidas, y más por vosotros que sois los más amados creados por Mí. Si supierais la humanidad ingrata de la tribulación que se avecina, seguramente lo dejaríais todo y Me buscaríais con corazón sincero. La tribulación que está a punto de llegar, nunca se ha visto en la Tierra; os digo que toda la creación y el universo estarán conmocionados; habrá escasez de todo, se desencadenarán tragedias y desgracias en cadena; virus y enfermedades crearán pandemias, plagas y pestes, diezmarán a gran parte de la humanidad. Los hombres enloquecerán y el hambre hará que muchos pierdan la razón, hasta el punto de que muchas madres se comerán a sus propios hijos. (Lamentaciones de Jeremías 4, 10)

El Dios del dinero rodará por el suelo y ya no servirá para nada; ya no dará seguridad a los hombres ni les proporcionará alimento y protección. El orgullo y la arrogancia de muchos que se sentían seguros con sus riquezas, caerán junto con su ídolo; la inmensa mayoría de la humanidad enloquecerá y los ricos y poderosos verán caer sus fortunas como castillos de arena. Sólo los que tengan su fe y confianza en el Señor podrán sobrevivir a esos días de gran tribulación que están a punto de comenzar.

Pueblo mío, heredad mía, estad preparados con vuestras lámparas encendidas con la oración, porque se acerca el Día Grande y Terrible del Señor. Que no os suceda como a las doncellas insensatas que acaban fuera del banquete porque no tenían aceite en sus lámparas. Permaneced despiertos y vigilantes, pues vuestro Maestro está cerca y pronto llamará a la puerta de vuestra alma.

Permaneced en mi Paz, Pueblo mío, mi heredad.

Vuestro Padre, Yahvé, Señor de la Creación.

Que mis mensajes sean conocidos en todos los rincones de la tierra.