Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
martes, 28 de agosto de 2018
Llamada urgente de María Auxiliadora al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoc.
Demonios Que Vienen Del Infierno, No Son Extraterrestres.

Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor esté con todos vosotros y mi Amor y Protección Maternal os acompañen siempre.
Mis pequeños, los días que estáis viviendo son de purificación, permaneced en la Gracia de Dios y orad en todo momento; porque bien sabéis que las fuerzas del mal están activas y no os dan tregua. Si os relajáis con la oración y os alejáis de Dios, corréis el riesgo de perderos. Recordad, hijos míos, que vuestro enemigo no es de carne y hueso, sino que vuestra lucha es contra los espíritus malignos, que tienen mando y poder sobre este mundo de tinieblas. (Efesios 6. 12)
Vuestra lucha es con entidades malignas que ya están en el espacio de vuestro mundo, buscando perder el mayor número de almas. Son demonios que vienen del infierno, no son extraterrestres para que no te engañen. Las armas para vencerlos no son materiales, sino espirituales; los demonios sólo pueden ser vencidos mediante la oración, el ayuno, la penitencia, la mortificación; estando en Gracia de Dios y depositando tu fe y confianza en Él. Si no estáis preparados espiritualmente, no entréis en combate con las fuerzas del mal, porque corréis el riesgo de estar perdidos.
Hijitos, vuestro campo de batalla es vuestra mente, los demonios buscan apoderarse de ella, para apoderarse después de vuestro cuerpo. Por eso debéis estar en Gracia de Dios, orando en todo momento, para que podáis repeler los dardos incendiarios del maligno. De nuevo os digo: cuando el dardo incendiario alcance vuestra mente, decid: Tomo todo el pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. (2 Corintios 10. 5) O decid: Ave María Purísima, ven en mi ayuda Madre Santísima; te aseguro que los demonios de la mente huirán de ti.
Hijitos, muchas almas están siendo poseídas porque la inmensa mayoría de esta humanidad ingrata y pecadora ha vuelto la espalda a Dios. Tened mucho cuidado y pedid mucho discernimiento al Espíritu Santo, porque ya hay muchos demonios encarnados entre vosotros.
No entréis en peleas ni en discusiones estériles; sellad y sellad a vuestros hermanos con la Sangre de mi Hijo, para que no vayáis a encontraros con sorpresas desagradables que os hagan correr vuestra propia sangre o perder vuestra propia vida. La mirada de un alma poseída es agresiva y de su boca sólo salen malas palabras y blasfemias, su fuerza es enormouz.
Los demonios huyen cuando invocas la Sangre de mi Hijo, o cuando me invocas a Mí: sólo tienes que decir: Ave María Santísima, para que huyan de vosotros. Os instruyo, hijos míos, para que podáis defenderos de los ataques de mi adversario y de sus huestes del mal; y así, salgáis victoriosos en el combate espiritual de cada día. De nuevo os recuerdo que debéis llevar la Armadura Espiritual (Efesios 6, 10, 18) de cada día, mañana y tarde, con el refuerzo del Salmo 91, extendiéndola a vuestros hijos y familiares, para que también ellos puedan ser protegidos por el Cielo. Lleva siempre contigo alrededor del cuello mi Santo Rosario y el Rosario de la Sangre de mi Hijo, para que estés bien protegida y los demonios no puedan tocarte ni hacerte daño. Recordad que mi adversario sabe quién pertenece a Dios, por eso debéis estar bien protegidos, para que no pueda robaros el alma. Por eso estáis prevenidos, hijos míos, para que nada ni nadie pueda cogeros por sorpresa. En el hogar donde se rece mi Santo Rosario, mi adversario no podrá tocarlo; Yo, vuestra Madre, he cubierto con mi Manto todos los hogares donde recéis con mi Rosario.
Por tanto, comportaos como hijos de la Luz; apartaos del pecado y de todo lo que os conduce al pecado. Permaneced en la Gracia de Dios y fortaleced vuestra fe, con la oración, el ayuno y la penitencia, para que os convirtáis en verdaderos soldados espirituales y os unáis a Mí, y a los Ejércitos Celestiales y juntos derrotemos a las fuerzas del mal de la faz de la tierra y allanemos el camino para el regreso triunfante de mi Hijo.
Permaneced hijos míos en la paz de mi Señor.
Vuestra Madre os ama, María Auxiliadora.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hijitos de mi Corazón.
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