Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
miércoles, 31 de enero de 2018
Llamamiento Urgente de Jesús Sacramentado a Su Pueblo Fiel.
Hijos Míos, ¡Pronto el Caos Consumirá a Roma y Arderá la Ciudad de las Siete Colinas!

Hijos míos, Mi Paz sea con vosotros.
Los signos celestes os anuncian que mi próximo regreso está cerca. La transformación del universo os va a permitir ver fenómenos en el espacio, que ningún ojo ha visto antes. Se darán grandes manifestaciones en el Cielo y en la Tierra, para que estéis preparados para Mi Segunda Venida.
Hijos míos, los dioses hechos por la mano del hombre empezarán a caer; el dios-dólar tiene los días contados, y con él caerán las economías de muchas naciones. Todos aquellos que pusieron su esperanza y su fe en los dioses de este mundo también caerán con ellos. La crisis económica dejará en bancarrota a un gran número de naciones y personas que pusieron su fe en el dios-dinero.
Rebaño mío, el Calvario de Mi Iglesia se acerca; reza por ello; los cardenales rebeldes la dividirán y el caos se apoderará de la Sede de Pedro. Roma perderá la fe y eso será un escándalo para el mundo católico. En muchas naciones vuestros cardenales se unirán a los rebeldes y mi Iglesia será vilmente traicionada por aquellos que decían ser su familia, pero que, como Judas, hoy la traicionarán y la entregarán en manos de mi adversario.
Hijos míos, el caos consumirá pronto Roma y la ciudad de las siete colinas arderá. Mi Vicario tendrá que huir porque su vida correrá peligro. Un nuevo Papa será elegido y servirá a Mi adversario. El nuevo Papa sentará a Mi adversario en la Cátedra de Pedro y decretará el cierre inmediato de Mis iglesias y la persecución de Mi pueblo fiel. Muchos cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos del Vaticano perderán la vida. Mis fieles pastores de muchas naciones también correrán la misma suerte. Mi pueblo fiel caminará hacia el exilio, como Mis primeros cristianos, pero quien persevere hasta el final sin perder la fe se salvará. No temáis, pueblo Mío, legiones de ángeles estarán con vosotros y cuidarán de vosotros, si los invocáis.
Mi Iglesia Remanente cobrará vida; en el campo, en las montañas, en las cavernas o en los Refugios de Mi Madre, Mis Sacerdotes fieles celebrarán Mi Santo Sacrificio. En los días en que estéis huyendo y no encontréis sacerdotes, haced una comunión espiritual o invocad a Mis ángeles y ellos os la darán espiritualmente. El signo del Icthos o Pez, volverá a ser el signo de Mi rebaño fiel; donde veáis este signo, sabréis que Mi Iglesia se reúne allí. Quien lleve el Rosario de Mi Madre al cuello y el signo del Pez será de Mi Rebaño. Estos serán los signos que identificarán a Mis ovejas en aquellos días. Prestad atención, porque Mi adversario intentará camuflarse dentro de Mi rebaño a través de sus instrumentos, llevando sólo el signo del Pez para engañaros. Si no lleva el Rosario de Mi Madre, no es de Mi rebaño. Mi adversario no puede soportar el Rosario porque sabe que con él será derrotado por Mi Madre y Mis hijos fieles. Tened presente esta instrucción para que, cuando lleguen las persecuciones, podáis distinguir a las ovejas de los lobos.
Estad alerta y vigilantes, pueblo Mío, listos y preparados para afrontar la crisis que está a punto de llegar a Mi Iglesia. Permaneced firmes en la fe, para que nada ni nadie os separe de Mi doctrina. Os doy esta oración para que la recéis cada vez que me visitéis en Mi Sagrario.
Bendición de Jesús del Santísimo Sacramento
Oh Jesús mío Sacramentado, vengo ante Ti, buscando consuelo y esperando resolver esta necesidad que tengo ... (exponer la necesidad)
¿Adónde debo ir, Señor? Tú tienes palabras de vida eterna. Tú eres mi Médico, mi Defensor, mi Amigo, mi Padre, mi Sustento y, sobre todo, eres mi Dios. Aquí estoy postrado a tus pies; si quieres, puedes curarme. Te necesito, Jesús mío Sacramentado, atiende mi petición y dale pronta solución.
Oh, bendición de Jesús Sacramentado: cúbreme, libérame, sáname y fortalece mi fe, para que camine siempre contigo. Que Tu Santa Bendición, oh mi amado Jesús, permanezca siempre en mí y en los míos.
Que Tu Santa Bendición sea mi fuerza, mi paz y mi confianza; Que Tu Bendición, oh mi Jesús Sacramentado, se extienda también a mi familia y a mis seres queridos, para que todos seamos uno contigo. Y así, protegidos por Tu Bendición, ninguna fuerza del mal podrá hacernos daño.
Bendito aquel que pide Tu Bendición y la guarda como un tesoro, porque estará protegido de los males de este mundo, borrará sus pecados y, el día de su partida, alcanzará la alegría de la vida eterna.
Bendíceme, oh Jesús Sacramentado, con la Bendición que viene del Padre, + del Hijo, + y del Espíritu Santo + Amén.
Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece (Filipenses 4:13). Tu Maestro, Jesús Sacramentado
Dad a conocer Mis mensajes, hijos Míos, a toda la humanidad.
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.