miércoles, 17 de enero de 2018

Llamada urgente de Jesús Sacramentado a Su Pueblo fiel.

Mantén preparada tu Armadura Espiritual con la oración.

Hijos míos, Mi paz sea con vosotros.

Mi pequeño Profeta, se acercan los días de la gran prueba para Mi Pueblo; reuníos en oración, ayuno y penitencia, para que podáis fortalecer vuestro espíritu y así salir victoriosos de las batallas espirituales que se avecinan.

Hijos míos, os digo esto, porque vuestro enemigo del alma y sus ejércitos son las fuerzas que tendréis que vencer. La lucha será contra los principados y las potestades, contra los gobernantes de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en los espacios celestes. (Efesios 6. 12)

Os repito que el combate no es con armas materiales, sino con armas espirituales. Todos aquellos que entablen un combate espiritual sin la ayuda del cielo, estarán perdidos: porque vuestros enemigos no son de carne y hueso, vuestros enemigos son entidades malignas que tienen mando y poder sobre este mundo oscuro. Por lo tanto, la única forma en que los venceréis, será mediante la oración, el ayuno, la penitencia y la ayuda del cielo.

Hijos míos, mantened vuestra Armadura Espiritual preparada y engrasada con la oración, ponérosla mañana y noche y reforzadla con el Salmo 91. Recordad que no podéis entrar en combate sin vuestra Armadura, porque al hacerlo seréis presa fácil de mi adversario y de sus huestes del mal.

Antes de entrar en combate, pide la protección de Nuestros Dos Corazones y di:

Corazones de Jesús y de María, ayudadnos en el combate espiritual de este día; nos refugiamos en vuestros Corazones; dadnos el poder de vencer al enemigo de nuestra alma y a sus huestes del mal.

Invocad también a Nuestro Amado Miguel y rezad Su exorcismo, entregado al Papa León Xiii. Rezad con el Rosario de Mi Madre y (el Rosario) de Mi Preciosa Sangre y consagraos a Ella, todos los días por la mañana y por la noche. El poder de mi Sangre Gloriosa os mantendrá firmes y os alejará de los demonios espirituales y encarnados.

Pedid la ayuda de las Almas del Purgatorio, de vuestro Ángel de la Guarda y de los Ángeles Custodios; así como la ayuda de los Arcángeles y Ángeles de la Milicia (Ejército) Celestial, y de las Almas Benditas, especialmente de aquellas que en este mundo fueron exorcistas. Mis Apóstoles también deben ser invocados en esos días, para que estéis bien protegidos y nada ni nadie pueda dañaros.

Tened bien presentes en vuestra mente a mi Amado Benito y Su exorcismo, a Antonio de Padua y Su exorcismo, a Ignacio de Loyola, a Patricio de Irlanda, con Su oración de la Coraza, al Padre Pío de Pietrelcina, a Mi Juan Pablo Ii, y en general a todos mis Amados que en este mundo lucharon contra Satanás y sus demonios. Tampoco olvides la Invocación a Mis Santos Ángeles y la Oración del Escudo de Mi Sangre Redentora que te envié a través de Mi Enoc. Todas ellas son vuestra ayuda y armas espirituales, con las que venceréis a Mi adversario y a sus legiones del mal.

Empezad pues mis Guerreros a utilizarlas desde ahora, para que cuando lleguen esos días estéis ya fortalecidos y podáis enfrentaros sin miedo a los ejércitos de Mi adversario. No temáis, manteneos firmes en la fe y unidos en el amor, si cumplís nuestras instrucciones y las ponéis en práctica, os aseguro que ninguna fuerza del mal podrá dañaros.

Recordad mis pequeños que durante la Advertencia, vais a ser revestidos con los dones y el carisma que necesitáis para enfrentaros a Mi adversario. Os repito, no tengáis miedo, poned vuestra confianza en Nuestros Dos Corazones y ofreced vuestra purificación personal como ofrenda de amor a Mi Padre y os aseguro que vais a alcanzar la Corona de la Vida.

Mi Paz os dejo, Mi Paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Vuestro Amado, Jesús Sacramentado

Que Mis mensajes sean conocidos por toda la humanidad, Mi rebaño.