martes, 29 de agosto de 2017

Llamada urgente de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote a Sus predilectos.

Jesús: Hijos laicos, ¡no sois dignos de ejercer el Ministerio Eucarístico!

Mi paz sea con vosotros, Mis amados hijos predilectos.

Hijos Míos, la soledad de Mis Tabernáculos es una afrenta a Mi Divinidad; ¿qué solo Me encuentro? ¿Quién puede venir a consolarme?

Cada día crece más la apostasía; Mis Sagrarios en muchas de Mis Casas son profanados por manos no consagradas por el Ministerio Sacerdotal.

Me duele y entristece ver a tantos de Mis hijos laicos profanar Mis utensilios sagrados, especialmente el Cáliz donde Me encuentro espiritualmente.

Hijos laicos, ¡no sois dignos de ejercer el Ministerio Eucarístico!

Me duele y entristece ver cómo Me tomáis en vuestras manos, ¡quienes no sois dignos de tocarme!

Muchos de vosotros vivís en pecado y lleváis meses sin confesaros ni reparar, porque según muchos de vosotros, ya estáis purificados. La gran mayoría de vosotros camináis con orgullo y arrogancia, que se reflejan en vuestros rostros.

Vuestras manos no están consagradas por el Ministerio Sacerdotal; no os hagáis culpables de ello, no aumentéis más vuestras faltas.

En verdad os digo: como Me tratáis a Mí, así seréis tratados también cuando os presentéis ante Mí.

Amados Hijos (del sacerdote), detened este ultraje a Mi Divinidad; ¡No permitáis por más tiempo que Mis hijos laicos continúen ultrajándome! Vosotros sois los que debéis ejercer el Ministerio de la Eucaristía.

A vosotros, mis sacerdotes, os elegí y consagré, para que ejecutarais el Ministerio Sacerdotal llegarais y fuerais los pastores de Mi rebaño; entonces, ¿por qué no cumplís con vuestro deber?

Oh pastores infieles, si no ponéis remedio y reparáis este ultraje a Mi Divinidad, os aseguro que cuando os presentéis ante Mí, os diré: ¡No os conozco!

Recordad que a quien mucho se le da, mucho se le exigirá; Yo os llamo amigos; luego no Me defraudéis con vuestra actitud.

Pensad por un momento que mañana, cuando lleguéis a la eternidad, lo que os espera es Mi Tribunal Supremo, que juzgará vuestro Ministerio Sacerdotal, según mi Doctrina y Evangelio.

Si la sentencia es condenatoria, sabed que Yo, Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, no os daré la cara, sino el hombro. Y ya sabes, el lugar que te espera.

Entonces recapacitad mis Predilectos, no Me ultrajéis más, permitiendo que mis hijos laicos sigan profanando Mi Divinidad; pues sus ultrajes, son flagelos que hieren Mi Cuerpo y hacen brotar Mi Sangre. Amados Hijos, no más laicos repartiendo Mi Cuerpo y Mi Sangre, ¡os lo pido de Corazón!

Mi paz os dejo, Mi paz os doy.

Vuestro Amado, Jesús Sumo y Eterno Sacerdote

Que Mis mensajes sean conocidos por todos mis Predilectos