domingo, 5 de febrero de 2017

Llamamiento Urgente de Jesús del Santísimo Sacramento a la Humanidad.

En el Tiempo de la Gran Tribulación, ¡Sólo Podré Buscar a Mis Hijos Fieles!

Hijos míos, que Mi paz esté con vosotros. Yo soy la paz que brota del Espíritu y la daré a todos los que crean en Mí. Rasgad vuestros corazones y acercaos y todo lo que me pidáis os lo concederé, si es para vuestro bien y el de vuestra alma. Yo soy vuestro prisionero de amor, el guardián que nunca duerme, la luz y la esperanza que os espera en el silencio de mis tabernáculos. Prometí quedarme contigo hasta el fin de los tiempos, pero aquí estoy en mis Sagrarios, triste y sola, esperando la compañía de mis hijos que no llegan. ¡Oh, cuánta tristeza se apodera de mi corazón al ver vuestra ingratitud y olvido! ¡La soledad de mis Casas son espinas que atraviesan mi Corazón Amoroso!

La inmensa mayoría de mis hijos me dan la espalda y no me miran a la cara; otros me buscan sólo con los labios y los oídos, y vienen a Mí sólo para que les resuelva los problemas. Me exigen y se acercan a pedirme, no con fe, sino por necesidad. Sólo me buscan para que apague sus fuegos. Sólo una pequeña minoría viene a Mí con un corazón sincero. ¡Qué pena y tristeza me produce esta humanidad de estos últimos tiempos!

Estoy a punto de partir y aún no venís a visitarme. Cuando abandone Mis Santuarios no habrá nadie que os escuche y os arrepentiréis, y será demasiado tarde para muchos. En el tiempo de la Gran Tribulación, sólo se me permitirá buscar a mis hijos fieles. Mi rebaño sabe que, en aquellos días, me encontrarán en el Santuario de Mi Madre; Su Santo Abdomen será Mi Tabernáculo. Debéis entonces, pueblo Mío, buscar a mi Madre, porque ella será el puente que os conectará conmigo. Para encontrar a Mi Madre, debéis rezar su Santo Rosario. El Rosario será la brújula que os guiará hasta Mi Madre; Yo os hablaré y os instruiré a través de ella.

En cada comunidad de Mi Iglesia Remanente, habrá un instrumento elegido que será el altavoz a través del cual oiréis las directrices del cielo y sus mensajes. Me manifestaré sólo a mis hijos fieles, sólo a mi rebaño. En vuestro paso por la eternidad, separaré las ovejas de las cabras y así sabréis, por el sello de Mi Sangre con el que seréis sellados, al volver a este mundo quién es de Mi rebaño y quién es de Mi adversario.

Hijos míos, en los días de tribulación, pedid la asistencia e intercesión de Mis Ángeles, Mis Apóstoles, discípulos y almas benditas, para que os ayuden a protegeros en vuestras batallas espirituales. Están esperando que confiéis en ellos para daros su protección y asistencia, porque, hijos Míos, la tribulación que se avecina nunca antes se ha visto en la Tierra. Os queda muy poco tiempo para la vida cotidiana en este mundo; el momento de Mi Justicia Divina está cada vez más cerca. Clamo a Mi Padre para que ninguno de los Míos se pierda para Mí.

ORACIÓN INTERCESORA DE JESÚS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Padre, no te pido que los saques del mundo, sino que los alejes del mal. Te pido que los protejas y los guíes, para que la purificación que venga sobre ellos los fortalezca en la fe, y para que te ofrezcan sus sufrimientos, penas y necesidades como ofrenda diaria para que tu Santo Nombre sea glorificado. Gracias, Padre, porque sé que me escuchas y siendo uno contigo, tu Hijo también será glorificado y te glorificará. Que tu Santa Voluntad se cumpla en el cielo y en la tierra, y en cada uno de ellos para que todos seamos mañana una sola familia para Gloria y Honor de Dios. Amén

Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Vuestro Maestro, Jesús del Santísimo Sacramento

Hijos míos, dad a conocer Mis mensajes a toda la humanidad