Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
sábado, 13 de octubre de 2018
Del Sábado.
El Padre Celestial habla a través de Su obediente y humilde herramienta e hija Anne en el ordenador a las 20.00 horas.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo, el Padre Celestial, quiero compartir hoy contigo el amor y la bondad de tu Madre Celestial, pues Ella es tu Abogada en esta batalla de Satanás. Ella aplastará la cabeza de la serpiente. Sus hijos de María estarán a su lado.
Mi amado pequeño rebaño. Yo, el Padre Celestial, en este 13 de octubre, Mes del Rosario y Día de la Rosa-Mística, os presento hoy los cuidados de vuestra Madre Celestial. Ella es la que conoce vuestras preocupaciones y necesidades y la que siente con vosotros cuando os quedáis solos. Las personas no pueden resolver tus problemas y pueden aconsejarte que hagas lo que no debes. Por tanto, confía en la Madre Celestial. Ella no te abandona, ni siquiera en la mayor necesidad. Ella te comprende en cada situación y quiere estar contigo.
Mi Hijo te la ha dado bajo la Cruz para que tengas una Madre que lleve contigo tu cruz y tu sufrimiento. Si tu cruz se vuelve demasiado pesada, te levantará. Ella reza constantemente en Mi trono por los cuidados de sus hijos. En tu mayor necesidad, su hueste angélica le pide que te ayude.
Mi Hijo Jesucristo no os ha dejado huérfanos, pues se entrega a vosotros en la Santa Comunión. Él mismo está presente con carne y sangre, con Divinidad y humanidad. Nunca os deja solos, porque os ha dejado el testamento de su entrega antes de su muerte en la cruz. Puedes estar agradecido de que Su Amor Divino te rodee.
A menudo no puedes comprender cómo te rodea Su amor, porque no conoces el futuro, el pasado ni el presente. A menudo se ve diferente en vosotros que en Mis planes.
Vosotros, mis queridos hijos, no olvidéis nunca que tenéis un Padre amoroso. Él os conoce completamente y no os pedirá más de lo que podáis soportar. Sus planes y deseos a menudo no son los vuestros. No podéis comprender Sus razones. El amor de Dios es tan clarividente que no puedes comprenderlo.
Ten paciencia y persevera, porque mi amor no tiene límites. No conoce límites. Sólo que vosotros mismos estáis a menudo llenos de impaciencia y queréis que todo se aclare inmediatamente y se resuelva como deseáis. Permaneced valientes en la lucha contra el mal. A menudo no reconocéis su astucia.
La gente puede impedirte hacer el bien con sus consejos y tú ni siquiera te das cuenta. No siempre tienes la distinción de los espíritus. Reza para que tomes la decisión correcta en el momento adecuado. Atrae al cielo a tus preocupaciones y no regules siempre todo tú mismo. Las personas son cambiantes. Dependen de los sentimientos y éstos pueden ser engañosos.
Vosotros, Mis amados hijos, sois influenciables. Incluso el maligno puede persuadiros de algo, que no tiene por qué conducir al bien. Por tanto, estad vigilantes. Rezando el rosario y mediante vuestra vida de sacrificio podéis conseguir mucho.
Incluye en tus oraciones a tus amigos y, sobre todo, a tus parientes, porque a menudo necesitan tu ayuda.
Piensa también en las pobres almas que esperan diariamente tu oración. Cuántas pobres almas hay en las que nadie piensa. Sobre todo, no olvides a los sacerdotes expuestos al ecumenismo de nuestro tiempo. Toman decisiones equivocadas y falsifican la verdadera fe católica. A menudo caen en la arrogancia y piensan en sus propias ventajas y nadan con la corriente general. Juzgan mal la verdad y a menudo dan a sus feligreses consejos equivocados. Ya no perciben la verdad, pues no se conceden tiempo ni descanso en reclusión.
Por eso, con qué rapidez el maligno ha encontrado una puerta para seducirlos. No tienen ningún deseo de arrepentirse. Viven obstinadamente a su estilo y no quieren dejarse convencer por la verdad. La verdad es demasiado incómoda para ellos. Exige sacrificios y no quieren aceptar una vida de sacrificio. Con qué facilidad sucumben a la seducción general y no dan marcha atrás. Pueden dejarse influir.
El amor de la Santísima Madre a menudo queda sin respuesta. Ella ruega por sus hijos sacerdotes porque siente un gran amor por ellos. No quiere que nadie se extravíe.
Mis queridos hijos de María, cómo os amo cuando a menudo tomáis el rosario en vuestras manos. Es y sigue siendo vuestra escalera celestial. Podéis rezarlo en cualquier momento y no es incómodo tenerlo a mano en todas partes. No te avergüences de tu fe católica por profesarla. Hay muchas personas que no toleran el rechazo porque quieren ser reconocidas y esperan vuestro testimonio de fe.
Mis queridos hijos soportan los fracasos de la vida cotidiana. Te sirven para la santidad. No busquéis la alabanza, pues no os ayudará. Demasiadas alabanzas pueden fomentar vuestro orgullo y eso es lo que ama el malvado. Cuánta injusticia hay en el mundo y todo debe ser expiado. Por tanto, lleva tu cruz con gratitud. Nadie puede asumirla por ti, porque está destinada a ti. En la eternidad recibirás la recompensa del cielo por ello.
La fidelidad, Mis amados, es muy importante. Permaneced fieles a los deseos celestiales y no os rindáis, aunque vuestra cruz se vuelva insoportablemente pesada. Entonces podréis demostrar vuestro amor. Siempre podéis estar seguros de mi amor divino, porque no os olvido cuando necesitáis mi ayuda.
Te bendigo con todos los ángeles y santos y especialmente con tu querida Rosa-Mística en la Trinidad en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Permaneced en el amor y no cejéis en la oración y el sacrificio. Tu Padre Celestial te recompensará.
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